Señalaron que la actual administración impulsa un modelo de producción alimentario depredador con el medio ambiente
PORTAVOZ/AGENCIAS
Organizaciones civiles pidieron este lunes a la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum nombrar autoridades agrícolas que persigan una política libre de agrotóxicos y transgénicos, así como no tener conflictos de interés y poner al centro la agricultura campesina.
La demanda de las organizaciones agrupadas en la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, como Greenpeace, se produce en vísperas del anuncio el jueves del gabinete de Sheinbaum tras su triunfo en las elecciones del 2 de junio y antes de su toma de Gobierno, el próximo 1 de octubre.
Las asociaciones alertaron en un comunicado de la posible permanencia de personajes con “larga trayectoria de apoyo a los grupos de poder económico y de promoción de las peores prácticas agrícolas”.
Añadieron que ponen en riesgo la salud de las personas y que son contrarias a las prácticas agrícolas que buscan evitar la contaminación del medioambiente.
La campaña apuntó que la actual administración ha impulsado un modelo de producción de alimentos depredador con el medioambiente que, indicaron, prevalece desde hace más de dos décadas.
Las organizaciones también señalaron que uno de los mayores impedimentos para la soberanía alimentaria es el control de las corporaciones, con el 65 por ciento del mercado de semillas acaparado por solo cuatro empresas y el 95 por ciento del sector agroquímico en manos de 10 compañías.
Asimismo, criticaron que 10 empresas controlen el 41 por ciento del mercado de fertilizantes y cuatro el 90 por cientodel comercio de granos.
Las organizaciones exigieron que los nuevos funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) conozcan a fondo el campo y valoren la agricultura campesina, su capacidad productiva y su cultura comunitaria.
Sostuvieron que la agricultura campesina provee el 70 por ciento del maíz para tortillas y 60 por ciento del frijol que consumen los mexicanos.
México impulsa la eliminación gradual del polémico glifosato y del maíz transgénico desde 2020, lo que derivo en consultas en el Tratado con Estados Unidos y Canadá (TMEC), aunque ha reconocido que no hay un herbicida sustituto en el mundo, por lo que ha postergado su remoción definitiva.
El glifosato causa polémica a nivel global, puesto que apenas en noviembre de 2023 las organizaciones ecologistas europeas lamentaron la renovación por otros 10 años de la autorización para utilizar el herbicida, al considerar que la decisión es “otro golpe a la biodiversidad”.