La nación no reconoce el matrimonio igualitario, ni permite que quienes son trans incluyan en sus documentos su identidad de género
PORTAVOZ/AGENCIAS
Perú anunció que dejará de catalogar la transexualidad como un “trastorno mental”, un término en desuso que fue incluido en un decreto del Gobierno expedido a principios de mayo de 2024 y que desató en ese momento una airada protesta de los grupos de la comunidad LGBTI+.
El Ministerio de Salud señaló en una resolución que en adelante se describirán como una “discordancia de género” el transexualismo y el travestismo, para garantizar el acceso universal a tratamientos de salud mental.
Se “dispone el cese del uso de los términos transexualismo y travestismo en el capítulo de Trastornos Mentales y del Comportamiento de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y problemas relacionados con la salud (CIE-10)”, indicó la cartera en el documento publicado en su sitio oficial de información.
El decreto que enfureció a las organizaciones que defienden la diversidad sexual incorporaba una vieja clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Expedida el 10 de mayo de 2024, la norma actualizó el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), una lista de los beneficios mínimos a los que tiene derecho una persona afiliada de la salud pública, mixta o privada.
Desde 2021 dicho plan incorpora las enfermedades mentales. Sin embargo, empleó una antigua clasificación de la OMS, conocida como CIE-10, que caracterizaba a la transexualidad como un trastorno mental. Desde 2022, la misma organización dejó de emplear dicha descripción.
El Ministerio de Salud explicó en su momento que al actualizar el PEAS utilizó la clasificación de la OMS que sigue vigente en Perú a la espera de que “se inicie la implementación progresiva” del nuevo manual de enfermedades, “tal como ocurre en otros países”. No obstante, los grupos LGBTI+ se movilizaron contra la norma por considerar que el Gobierno les estaba estigmatizando como personas enfermas mentales.
La ONG Human Rights Watch (HRW) también llamó la atención sobre los efectos nocivos de un “decreto sesgado y poco científico”. Advirtió que “patologizar de manera oficial a las personas LGBT (…) puede socavar gravemente los esfuerzos por mejorar la protección de los derechos basados en la orientación sexual y la identidad de género”.
Perú no reconoce el matrimonio ni la unión civil entre personas homosexuales ni permite que quienes son trans incluyan en sus documentos su identidad de género.