El desafío es fortalecer la enseñanza y uso de idiomas para preservar su herencia cultural única
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Pijijiapan, con sus poco más de 50 mil habitantes, se distingue como un baluarte de la diversidad lingüística en Chiapas. A pesar de los retos que conlleva la modernidad, este municipio mantiene vivas seis lenguas indígenas, el zapoteco, tsotsil, tseltal, mixteco, mazahua y ch’ol, que son habladas por 165 personas en la comunidad. Esta resiliencia cultural es un testimonio de la riqueza y pluralidad que caracteriza a la región.
La preservación de estas lenguas es una fuente de identidad y cohesión comunitaria. Cada idioma lleva consigo conocimientos ancestrales y tradiciones orales que enriquece la diversidad cultural de Chiapas. Mantener vivas estas lenguas es esencial para preservar la historia y la sabiduría de los pueblos originarios, indicó al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El papel de las instituciones educativas y las políticas públicas es crucial en este contexto. Implementar programas educativos bilingües y fomentar la enseñanza de estas lenguas desde una edad temprana puede ser una estrategia efectiva para su revitalización. Además, es necesario que las autoridades locales promuevan iniciativas que valoren y visibilicen la importancia de las lenguas indígenas, no solo como patrimonio cultural, sino como una herramienta viva y vigente.
La historia de Pijijiapan, desde su fundación por los mames hasta su actual estructura multicultural, refleja una constante adaptación. Esta localidad no solo ha sobrevivido a la conquista y la colonización, sino que ha logrado integrar diversas influencias culturales a lo largo de los siglos.
En última instancia, la preservación de las lenguas indígenas en Pijijiapan es una responsabilidad compartida entre la comunidad y las autoridades. La revitalización lingüística no solo fortalece la identidad cultural, sino que también puede impulsar el desarrollo social y económico. Las lenguas indígenas son una riqueza que debe ser valorada y protegida, dado que representan la memoria viva de los pueblos y un legado invaluable para las futuras generaciones.