Trabajadores públicos de Chiapas exigen soluciones reales ante crisis económica persistente
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La tensión entre más de dos mil 500 trabajadores sindicalizados del Gobierno de Chiapas alcanzó un punto crítico esta semana, luego de fracasar en sus intentos por negociar un aumento salarial significativo. En lugar de un incremento del 3.9 al 20 por ciento como esperaban, las autoridades solo accedieron a otorgar un bono único de mil 500 pesos válido hasta diciembre.
La representante sindical del Poder Judicial y de los trabajadores burócratas, Margarita Zepeda López, expresó su frustración por la decisión de la secretaria general del sindicato, Claudia Ulloa, quien había aceptado el incremento del 3.9 por ciento sin consultar a los trabajadores. Este hecho provocó un profundo malestar entre los sindicalizados, quienes levantaron los bloqueos y paros de actividades en las dependencias gubernamentales.
El estancamiento en los incrementos salariales ha sido un problema persistente durante más de una década, destacó Zepeda López. En un contexto donde los precios de la canasta básica han aumentado de manera exorbitante, el 3.9por ciento no resulta suficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores. Esta situación ha generado un sentimiento generalizado de injusticia y desigualdad entre los empleados del sector público en Chiapas.
A pesar de levantar las medidas de presión, los trabajadores de confianza continúan en pie de lucha por mejores condiciones salariales y prestaciones justas. La situación ha puesto de manifiesto las divisiones internas dentro del sindicato y la urgencia de una mayor unidad para enfrentar los retos laborales en el futuro cercano.
Ante el escenario actual, se espera que el descontento persista y que los trabajadores mantengan la presión sobre las autoridades para futuras negociaciones salariales. La falta de un acuerdo satisfactorio esta vez podría inflamar aún más los ánimos y desencadenar nuevas acciones de protesta en el futuro próximo.