Los productores deberán permanecer vigilante y colaborativa para enfrentar este riesgo que afectaría la economía local
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ARIEL SILVA
La llegada del gusano barrenador, una amenaza creciente en Centroamérica, ha puesto en alerta al sector ganadero de Chiapas. Este parásito, conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax, ha sido detectado en Panamá, Guatemala y Nicaragua, lo que eleva el riesgo de su invasión a México. Este espécimen, deposita sus larvas en heridas abiertas de animales y personas, puede causar miasis cutánea, una enfermedad que, si no se trata a tiempo, puede resultar letal.
La preocupación en Chiapas no es infundada. El presidente de la Asociación Ganadera Local de Palenque, Guillermo Macossay Gutiérrez, ha subrayado la urgencia de la situación. Enfatizó que, dado que el estado colinda con Guatemala, es vital implementar medidas preventivas y de vigilancia estrictas. Las autoridades locales colaboran con los ganaderos para monitorear el ganado y evitar la introducción del gusano en la región.
El impacto de este parásito no solo pone en riesgo la salud del ganado, sino que también podría afectar la economía local. Una infestación de gusano barrenador podría provocar severas pérdidas económicas, al afectar a los sectores dependientes de su producción. La estrategia para mitigar este riesgo incluye la educación de los ganaderos y la colaboración con autoridades sanitarias para asegurar un monitoreo constante.
Además de las medidas preventivas, se está promoviendo una mayor conciencia sobre la importancia de la bioseguridad y el control de fronteras. Las larvas del gusano barrenador se desarrollan bajo la piel, estas causan graves daños si no se detectan a tiempo. Los esfuerzos para mantener el ganado libre de infestaciones incluyen el refuerzo en las inspecciones sanitarias y la implementación de protocolos de cuarentena para los animales que ingresan a la región.
La situación en Chiapas exige una respuesta coordinada y efectiva para prevenir la entrada del gusano barrenador. La amenaza no solo desafía al sector ganadero, sino que también resalta la necesidad de estrategias integrales para proteger la economía local y la salud pública.