La mexicana llega al podio y consigue la primera presea en este deporte para la delegación del país tras una fenomenal actuación
PORTAVOZ / AGENCIAS
Prisca Awiti. Ese es el nombre que México llevará tatuado en el recuerdo de las glorias del deporte mexicano. La mexicana ha conseguido una medalla de plata en judo, la primera en la historia para México, en la competencia de -63 kilogramos. Las lágrimas sabor a triunfo de Awiti en los Juegos Olímpicos se derramaron tras el encuentro con Andreja Leski al perder el oro, pero con un segundo lugar inédito. La delegación mexicana suma así su segunda medalla en París 2024 tras el bronce obtenido por el trío de Alejandra Valencia, Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz en tiro con arco. La presea, además, es la número 75 para los mexicanos.
La mexicana comenzó con una victoria frente Nigara Shaheen (10-0), representante del equipo de refugiados, en la ronda de los dieciseisavos de final. En la siguiente ronda venció a la polaca Angelika Szymanska (1-0). En los cuartos de final, con el corazón con pulsaciones elevadas, Awiti tumbó a la austriaca Lubjana Piovesana (1-0). En las semifinales, ya en un horario cómodo para los mexicanos (sobre las 9.00 hora del centro de México; 17.00 de Francia) la judoca latinoamericana superó a la croata Katarina Kristo (11-0), con una última sumisión celebrada por lo alto. En la final contra Leski, la mexicana no pudo salir del sometimiento de la eslovaca.
La judoca Prisca Awiti ha alcanzado el olimpo a sus 28 años. Su ruta de vida ha conmovido a México. Nació en Londres, en una familia con padre keniano y madre mexicana. Su corazón pertenecía a México y a Guanajuato. Comenzó en el judo porque uno de sus hermanos lo practicaba, mientras ella se enfocaba en la gimnasia. Una competencia por saber qué deporte era más complejo llevó a Prisca Awiti a meterse de lleno en el judo desde los ocho años. Al principio compitió en la Federación inglesa, sin tanta oportunidad. Así que el primer ídolo que tuvo fue su hermano, quien compitió en torneos mundiales. Prisca Awiti quería competir por lo alto y volteó a ver al país de su madre para ver si existía la posibilidad de representar a México. “Mi entrenador me preguntó si tenía pasaporte mexicano y que mirara esa posibilidad, así que escribí al seleccionador de México y en unos tres meses hicimos el cambio”, contó a Olympics.