La colectiva 50 más 1 exige medidas inmediatas para prevenir esta violencia extrema contra
sectores vulnerables
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El reciente asesinato de Gabriela Betsabé en Tapachula y de la profesora Rosa Magdalena en
Frontera Comalapa ha elevado a 20 el número de feminicidios registrados en Chiapas en lo que va
del año, esto evidencia la escalada de violencia que asola la región. Con tres casos ocurridos en
agosto, la situación se torna cada vez más crítica, lo que ha llevado a diversas organizaciones a
exigir medidas inmediatas y efectivas por parte del Gobierno.
La colectiva 50 más 1 ha sido una de las voces más contundentes en este clamor, al condenar la
ola de violencia que impera en municipios como Tapachula y Frontera Comalapa. La organización
destaca la vulnerabilidad en la que han quedado las mujeres y los niños debido a los
enfrentamientos entre organizaciones criminales, que no solo amenazan la integridad física de los
habitantes, sino también la estabilidad del Estado de Derecho en la entidad.
El caso de Gabriela Betsabé, asesinada en plena vía pública de Tapachula, y el de la profesora Rosa
Magdalena, cuyo cuerpo fue hallado tras ser reportada como desaparecida, son un reflejo de la
impunidad y el temor que domina en la región. Estos feminicidios no son incidentes aislados, sino
parte de un patrón de violencia que se concentra en ciertos municipios, lo que subraya la
necesidad de respuestas urgentes y específicas.
Frente a este escenario, la colectiva 50 más 1 ha reiterado su llamado a las autoridades federales y
estatales para que implementen programas de prevención que sean efectivos y adaptados a las
realidades de las zonas más afectadas. La organización señaló que es imperativo diseñar
estrategias que no solo respondan a la violencia, sino que la prevengan, para abordar las causas
estructurales que la perpetúan.
La respuesta dependerá de la voluntad política y social para enfrentar de raíz un problema que, de
no atenderse, cobrará vidas y destruirá comunidades enteras.