La falta de un plan estatal claro para mitigar el incremento en costos podría tener consecuencias a largo plazo
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En Chiapas, los efectos de una inflación real que podría alcanzar el 11 por ciento han dejado huellas profundas en la vida diaria. Aunque el dato oficial de agosto se ubicó en 6.67por ciento, expertos locales advirtieron que la realidad en el estado es aún más cruda. El contador público y socio director de AFJ Consultores, Fidel Moreno Santos, explicó que los precios de productos básicos como alimentos, transporte y gasolina han subido de forma alarmante.
En mercados locales de ciudades como Tuxtla Gutiérrez o Tapachula, las familias sienten que su dinero se desvanece. Las subidas de precios han convertido la compra de la canasta básica en un desafío diario, con productos como el maíz, frijoles y tortillas cada vez más caros. Para muchos chiapanecos, la inflación significa menos comida en la mesa y más incertidumbre sobre el futuro. La presión financiera no solo afecta a las familias, sino también a pequeños negocios que luchan por sobrevivir ante costos operativos crecientes.
La situación se agrava con la falta de alternativas. Las remesas, que suelen ser un salvavidas para muchas familias chiapanecas, ahora se ven erosionadas por la inflación. Moreno Santos subrayó que, mientras los ingresos se mantienen, los precios no dejan de subir, lo que empuja a más personas hacia la informalidad o el endeudamiento.
Los llamados del especialista a un manejo prudente de las finanzas personales son urgentes: ajustar gastos, evitar deudas y ser selectivos con las compras son acciones necesarias para navegar en este mar de incertidumbre. Pero en Chiapas, donde el empleo formal es limitado y los ingresos suelen ser bajos, esas recomendaciones son difíciles de seguir para la mayoría.
A medida que la inflación sigue creciendo, Chiapas enfrenta una encrucijada. Las expectativas de que el Gobierno federal intervenga de manera efectiva se mezclan con un escepticismo creciente. Mientras tanto, los ciudadanos buscan soluciones propias para enfrentar la tormenta económica, conscientes de que la realidad que enfrentan puede ser más dura y prolongada.