Roberto Chanona
Anda circulando una maqueta de la supuesta remodelación que pretenden hacer a la iglesia de San Roque, o más bien, a la cancha deportiva de ese sitio. Pienso que estas personas de Gobierno primero deberían hacer un consenso con las personas que viven en el barrio, para ver si están de acuerdo,y luego dialogar con expertos en urbanismo, para determinar si el proyecto es viable. Desgraciadamente, a estas personasles vale un cacahuate y al Consejo Consultivo Ciudadano, nuestro órgano regulador, hasta el momento no han dado la cara, cuando su deber es opinar sobre cualquier obra que pueda afectar el patrimonio natural, edificado o cultural.
San Roque desde que tenía corta edad, siempre fue un barrio bravo. Quizá sea porque su nombre así lo indica: “fuerte como la roca”. Y ahora, como era de esperarse, ya está la gente inconforme y protestando. Por eso, cuando se trata de estos temas espinosos, siempre acudo a dos arquitectos expertos con maestría en estudios de la ciudad y del territorio. Primero, al arquitecto Carlos León Chanona, que ha sido un luchador incansable que nos ha defendido de tantas barbaridades, y al arquitecto Arturo Mérida Mancilla,que es autor de un libro sobre Historia Urbana de esta Ciudad:
“Está circulando en las redes sociales una propuesta para la remodelación del atrio del templo de San Roque; no sé de quién es o quién la promueva, lo único que sí es cierto es que estamos hablando de un espacio que es un hito de la ciudad, de alto valor socio cultural y urbano para los tuxtlecos y avecindados.
Su antigüedad data de antes de la mitad del siglo XIX, por ello, su importancia dentro de la historia urbana de Tuxtla Gutiérrez y la formación de sus primeros barrios.
La propuesta muestra un enorme arco en la fachada, a nivel de la principal calle de acceso, que trata de ocultar una techumbre para la cancha deportiva. Sin embargo, estos nuevos elementos taparán uno de los elementos más emblemáticos de la imagen urbana de la ciudad, el templo de San Roque.
Desde mi personal opinión, creo que la vista sin obstáculos del histórico espacio urbano, es más importante que la cancha habilitada allá por 1969 por un san roqueño, tío Manuel T. Coutiño, cuando era presidente municipal, quien lo hizo para mejorar la imagen de la loma y sus taludes, así como para dotar a los vecinos de un espacio de convivencia, sin menos cabo de alterar un elemento emblemático de toda la ciudad.
Considero que cualquier propuesta de mejoramiento de este espacio, igual que las dos anteriores que se hicieron, debe visualizarse con un enfoque incluyente, donde se consideren en primer lugar a los usuarios de este lugar de culto, los adultos mayores que puedan acceder cómodamente y sin el riesgo de recibir un pelotazo; los vecinos, así como para los grupos que preservan las tradiciones zoques como las ferias, la música y bailes en espacios adecuados”.
La aportación que la comunidad tradicional zoque hace a la fiesta de san Roque, es el baile que lleva su mismo nombre: San Roque, que significa como ya dije, “Fuerte como la roca”. Como en esa cancha se baila, según recuerdo la danza del Sol, le pedí a la profesora Carmen Palacios Velázquezque nos hablará en nombre de su barrio:
“El parque de San Roque y su iglesia es una herencia de cultura, tradiciones, religiosidad y punto de encuentro en la mezcla de lo indígena y español. Su feria nos recuerda a los ciclos de danzas que nos rigen como las cuatro estaciones del año. Entre las danzas está su propio baile “San Roque”que son cuatro danzantes que representan a los cuatrosantos varones: Santo Domingo, San Roque, San Jacinto y San Bartolo. En la indumentaria de este baile se llevan plumas de pavo real símbolo de la vida en la tierra y tiene una connotación prehispánica; al igual que el baile de napapok~etze o baile de pluma de guacamaya (carnaval) que representa al Sol y los otros personajes como la alacandu’(luna) y los suyo~etze que representan a mujeres muertas en el parto o planetas alrededor del Sol.
El parque de San Roque es un referente a cielo abierto, lugar de contemplación y conexión con nuestra espiritualidad. Como se sabe que el número cuatro para algunas divinidades prehispánicas representa al Sol. La iglesia de San Roque, la cancha con sus jardines y graderío,forman parte del panorama visual como un referente cultural del centro, y de vital importancia la conservación del cielo abierto que cobija a los bailes del sol y la luna”.
También encontré las palabras de Roberto Ramos Maza, que siempre tengo en cuenta porque tienen un valor especial: “Mejorar un espacio público como la “Plazuela de San Roque”, debe tener como principal objetivo el respeto a su valor histórico, cultural y de identidad, no solo para quienes vivimos aquí, sino también, para toda la comuna de la bella Tuxtla capital…”.
Así pues, todo apunta que, si techan esa cancha, no solo le quitan la vista a la iglesia que es un referente en nuestra cultura; sino que las futuras danzas, ya no tendrían la connotación que le dan el cielo abierto para brindárselas al Sol y a su compañera, la Luna. Por tradición oral, nos dice la maestra Carmen, contaron los abuelos que en época de revueltas colgaban a los rebeldes o bandidos; no sabemos si hay registro de esos sucesos el cual le llamaban “LA CUERDA” que se hacía en días domingos muy temprano;pasaba un gritón anunciando “va a haber cuerda en San Roque” y la gente se preparaba para salir a ver a los presos.
Para terminar, como decía el poeta César Vallejo, “JUEVES será, porque hoy, jueves, que proso estos versos… me he puesto a la mala y jamás como hoy, me he vuelto con todo mi camino, a verme solo… César Vallejo ha muerto. Le pegaban todos sin que él les hiciera nada/ le daban duro con un palo y duro también con una cuerda… Son testigos los días jueves y los huesos húmeros/ La soledad, la lluvia”… Y un gritón que pasa vociferando por todas las calles de mi amada Tuxtla: ¡VA A HABER CUERDA EN SAN ROQUE!