La Conasama insta a medios a visibilizar el tema de muertes autoinfligidas con responsabilidad y
respeto
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En Chiapas, el panorama del suicidio en 2023 reveló una crisis silenciosa pero devastadora: 243
personas perdieron la vida por esta causa, con el ahorcamiento y el sofocamiento como métodos
elegidos. La alta incidencia de suicidios en hombres sugiere una brecha alarmante en el soporte
emocional y psicológico disponible para este grupo, lo que cuestiona el tipo intervenciones que
podrían modificarse para evitar el aumento de casos.
El papel de los medios en la cobertura de este fenómeno es esencial y, al mismo tiempo, delicado.
La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) ha emitido directrices para
asegurar que la información sobre suicidio sea manejada con tacto. Evitar el sensacionalismo y
proporcionar recursos útiles como líneas de ayuda no solo informan, sino que pueden actuar
como primeros pasos para ofrecer soporte inmediato a quienes lo necesiten.
El enfoque en los factores subyacentes del suicidio puede ofrecer una visión más completa. En
lugar de ver cada caso como un incidente aislado, es vital considerar cómo los factores sociales,
económicos y de salud mental contribuyen a esta crisis. La falta de acceso a servicios de salud
mental adecuados y el estigma asociado a la búsqueda de ayuda pueden ser barreras significativas
que agravan la situación.
Un aspecto fundamental que surge es la necesidad de un cambio en el lenguaje utilizado para
describir el suicidio. Terminas como “suicidio consumado” pueden deshumanizar y perpetuar el
estigma. La recomendación de utilizar frases como “muerte autoinfligida” o “muerte por causa
violenta” refleja un intento de abordar el problema con mayor sensibilidad y precisión.
El abordaje del suicidio como una cuestión de salud pública requiere una respuesta coordinada
que trascienda las acciones individuales. Involucrar desde medios de comunicación hasta
instituciones gubernamentales y comunidades locales, puede ser un esfuerzo clave para educar y
prevenir esta crisis. La integración de recursos, la promoción de la salud mental y el fomento de
una cultura de apoyo y empatía son pasos cruciales en la erradicación del suicidio en el estado.