Con cuatro de cada 10 niños en condiciones críticas, la entidad enfrenta un grave reto en su desarrollo infantil
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas ha logrado avances en la reducción de la pobreza infantil, disminuyendo 1.85 puntos porcentuales entre 2018 y 2020, y un 4.3 por ciento entre 2020 y 2022. De acuerdo, a los datos proporcionados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Sin embargo, la realidad sigue siendo alarmante: el 79.3 por ciento de los niños y niñas de cero a seis años vive en condiciones de precariedad. Esta cifra sitúa a al estado en el primer lugar nacional en pobreza infantil, lo que revela la urgencia de una atención más robusta y focalizada para mejorar la calidad de vida de este sector vulnerable.
Aunque la administración anterior incluyó una Estrategia para la Primera Infancia en el Plan Estatal de Desarrollo, los resultados han sido mixtos. La cobertura de educación inicial ha caído por debajo del ocho por ciento, siendo la meta aalcanzar el 30 por ciento. La falta de acceso a servicios educativos y de cuidado impacta el desarrollo integral de los niños, lo que limita sus oportunidades y perpetua el ciclo de pobreza que afecta a tantas familias en el estado.
La situación es aún más grave al considerar que 39.69 por ciento de los menores de seis años vive en pobreza extrema. Este contexto no solo compromete su salud y bienestar, sino que también limita su derecho a una educación de calidad, esencial para su futuro. Sin los recursos adecuados, estos niños enfrentan un horizonte incierto.
La responsabilidad de transformar esta realidad no recae soloen el Gobierno; es un esfuerzo colectivo que debe involucrar a todos los sectores de la sociedad. Padres, educadores y organizaciones deberán colaborar para crear un entorno que promueva el bienestar infantil y asegure que cada niño y niña tenga acceso a las oportunidades que merecen.
La creación de políticas inclusivas y efectivas es fundamental para asegurar que todos los niños puedan crecer sanos y educados, contribuyendo así al progreso del estado en su conjunto. Sin una inversión real en su desarrollo, el futuro de la región podría verse comprometido, y con ello, el bienestar de toda la sociedad.