Esta problemática es un reflejo del abandono institucional y desatención hacia estos pilares en la sociedad
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Durante más de una década, alrededor de dos mil maestros del nivel de Secundarias Técnicas en Chiapas han soportado una situación laboral insostenible: cobran la mitad de su sueldo por anomalías que las autoridades educativas, tanto estatales como federales, han sido incapaces de resolver. El representante de la Academia en Resistencia, Alejandro Ovando Rodríguez, ha sido una voz clave en denunciar un adeudo que ya asciende a los 180 millones de pesos. Esta situación afecta al 50 por ciento del personal docente en 158 escuelas de la entidad.
Uno de los mayores problemas radica en la asignación de claves en la materia de Tecnologías. Según Ovando Rodríguez, desde 2011 los docentes han trabajado jornadas de ocho horas, pero solo se les paga por tres. Esta irregularidad, aunque conocida por los sindicatos, ha sido tolerada durante años sin una respuesta efectiva.
La respuesta de las autoridades ha sido inconsistente, lo que deja a los docentes en una espera interminable. Se han elevado quejas y denuncias a distintos niveles, sin obtener una solución concreta. Las promesas incumplidas y la falta de acción han llevado a los maestros a plantear medidas de presión más drásticas, como un paro laboral o bloqueos de vialidades, en caso de que las negociaciones que sostienen con la Secretaría de Educación no rindan frutos.
La falta de pago no solo representa una vulneración a los derechos laborales, sino también un impacto directo en la calidad educativa que reciben miles de estudiantes en Chiapas. Los maestros que, a pesar de esta injusticia, han continuado en las aulas, lo hacen con una carga emocional y financiera que dificulta su desempeño.
La incertidumbre persiste mientras los maestros aguardan una respuesta definitiva. La reunión pactada con funcionarios educativos será decisiva para determinar si las demandas, serán atendidas. Sin embargo, la posibilidad de nuevas movilizaciones crece con cada día que pasa sin solución, y la paciencia de los afectados se agota frente a una injusticia que ya ha durado demasiado.