Feminicidios: crímenes de odio contra mujeres y niñas
Sheila X. Gutiérrez Zenteno
Me quitaron la vida, me la arrebataron
Terminaron los sueños, aquella ilusión
Desde aquí en el cielo, donde estamos los muertos
Ya no llores, te pido… en esta canción (Natalia Lafourcade).
La primera vez que escuché la canción de Natalia Lafourcade mi cuerpo se cimbró, de la nada corrieron en mi rostro lágrimas, sentí una punzada en el pecho y la tristeza me invadió. No hay manera de permanecer impasible ante un canto lleno de dolor como este. La letra no habla abiertamente de una víctima de feminicidio, pero es imposible no pensar en ello. En sus líricas, la cantante reconoce la fragilidad de la vida, lo fácil que es perderla violentamente a manos de alguien (conocido o no) y el sufrimiento que esto provoca en quienes enfrentan la pérdida. Lo que Natalia describe, se vive como consecuencia de un feminicidio.
En Chiapas, a la fecha, 26 mujeres y niñas han sido víctimas de feminicidio según el conteo realizado por la Comisión de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia de la Colectiva Feminista 50+1 Chiapas.
LAURA. 04 de enero. Venustiano Carranza.
NIÑA. (Identidad reservada). 15 de enero.Huehuetán.
DESCONOCIDA. 21 de febrero. Simojovel.
ALIZE. 7 de marzo. Tapachula.
DESCONOCIDA. 7 de marzo. Tapachula.
DESCONOCIDA. 4 de abril. Tuxtla Gutiérrez.
MERCEDES. 5 de abril. La Concordia.
ALICIA. 03 de mayo. Sitalá.
VICTORIA. 03 de mayo. Sitalá.
DESCONOCIDA. 14 de mayo. Benemérito de las A.
DESCONOCIDA. 14 de mayo. Benemérito de las A.
DESCONOCIDA. 14 de mayo. Benemérito de las A.
MARIANA. 17 de mayo. Tecpatán.
ALEJANDRA (Menor). 31 de mayo. Tapachula.
DESCONOCIDA. 15 de julio. Tuxtla Gutiérrez.
KARLA. 15 de julio. Cintalapa.
DESCONOCIDA. 9 de agosto. Tapachula.
ROSA MAGDALENA. 15 de agosto. Frontera Comalapa.
GABRIELA. 18 de agosto. Tapachula.
DESCONOCIDA. 17 de septiembre. Tuxtla Chico.
INGRID. 21 de septiembre. Suchiate.
LANNY. 3 de octubre. Tuxtla Gutiérrez.
LUPITA (Menor). 23 de octubre. Tuxtla Gutiérrez.
LAURA. 4 de noviembre. Tuxtla Gutiérrez.
ERIKA. 5 de noviembre. Palenque
Hija no nacida de Erika. 5 de noviembre, Palenque.
Dicen que las historias llegan a la sociedad de una manera diferente cuando colocas a la víctima su nombre, cuando recuperas su historia. De las 26 víctimas de feminicidio en 2024, 11 de ellas no tienen nombre, están en calidad de desconocidas. Cuando empecé a escribir esta columna, me preguntaba qué podría decir de una bebé de siete meses de gestación, que fue asesinada junto a su madre, y lo único que pudo pensar es que fue amada por ella.
El doble feminicidio de Erika y su hija, los asesinatos de Alejandra y Liliana, menores de edad, cada uno de los feminicidios en el estado y en el mundo debiesen avergonzarnos como sociedad; tendríamos que parar y preguntarnos qué estamos haciendo mal, por qué alguien que piensa que puede tomar la vida de otra persona con tal facilidad y salir impune. Esto solo es posible porque una sociedad lo permite.
Pensar en cada una de estas mujeres y niñas duele, porque ya no están, y duele aún más por las circunstancias en que su vida les fue arrebatada. No voy a describir cómo fue, eso es lucrar con su muerte, provocar mayor dolor en sus familias. Sin embargo, cada feminicidio debiese dolernos e indignarnos igual, porque en esa lista podría estar cualquiera de nosotras: mi madre, mi hermana, mi sobrina, mi prima, mi amiga, mi compañera de trabajo, mi abuela, mi tía, mi vecina. Podría ser yo.
NOS MATAN PORQUE PUEDEN
La violencia contra las mujeres no es nueva. Hemos vivido discriminación por el hecho de ser mujeres desde que la humanidad existe. Desde el feminismo se ha documentado cómo pensadores como Aristóteles creían firmemente que las mujeres éramos hombres cuyo pene no se había desarrollado por completo, por tanto, al ser hombres incompletos, no teníamos la capacidad de razonar. Entonces, los venerables hombres nos otorgaron como regalo las emociones. La razón se le adjudicó al hombre y los sentimientos a la mujer. Los griegos no nos consideraban ni ciudadanas. Tenía más valor para esa sociedad, un animal de carga que una mujer. Nuestra misión era mantener la casa funcional y brindarle a la pareja placer sexual.
Una vez que los romanos conquistaron a los griegos retomaron sus ideas, las cuales fueron recicladas posteriormente por la cultura judeocristiana, la cual,además, señaló que el placer era un pecado, así que la mujer solo debía tener sexo como mera función reproductora. Pasamos de ser objetos de placer a ser cuerpos reproductores de bebés. La generalidad dictaba que todo hombre debía lograr un heredero varón, debía también tener la certeza de que ese varón era realmente su hijo, al final del día, sería quien heredaría los bienes ¿Sabe por qué? Porque las mujeres no teníamos derecho a heredar, tampoco podíamos ir a la escuela, montar un negocio, votar, comprar una casa, firmar contratos, elegir o no casarte, elegir o no ser madre o ser dueñas de la tierra que muchas de esas mujeres trabajaban.
¿Por qué traigo todo esto a colación? Porque estasideas ancestrales en torno al rol de las mujeres siguen vigentes. Estas ideas de que las mujeres somos objetos (no personas) que pertenecen al novio o esposo, de ser fuente de placer para los hombres o ser vistas como inferiores, son reproductoras de las violencias que vivimos en nuestra cotidianidad. Para cientos de hombres, la idea de que las mujeres nacimos solamente para servirles es tan real, que cuando una de ellas se niega, cuando una de ellas rompe esta “tradición”, vive todo tipo de violencia, física, psicológica, económica.
La violencia es un mecanismo social para que las mujeres “volvamos al redil”, y continuemos reproduciendo esos roles que han limitado la vida de cientos de mujeres y que a otras tantas les ha costado la vida. El feminicidio es el pináculo de todas esas violencias que las mujeres enfrentamos como parte de nuestro sistema social. Sí, nos matan porque pueden.
Nos matan, porque hay hombres que creen tener el permiso social para hacerlo, “fue por amor”, “fue por celos”, “es que era su esposa y se enojó, eso no los justifica, pero se comprende” reportan decenas de medios de comunicación que abonan a la violencia que vivimos las mujeres dejando de lado su responsabilidad social. Si algo les genera ganancias a los medios sensacionalistas y produce tráfico para monetizar en Internet, son los feminicidios. La muerte violenta de las mujeres como espectáculo es un buen negocio para algunos o algunas.
EL FEMINICIDIO
No es de extrañar que un hombre nombrase el asesinato de una mujer como feminicidio. Las mujeres no podíamos publicar libros (algunas pocas lo lograron usando seudónimos masculinos). El Canadien Femicide Observatory for Justice and Accountability documentó que fue John Corry en 1801 el primero en usar el término “femicidio” en el libro Una visión satírica de Londres a principios del siglo XIX cuando narró el asesinato de una mujer. El término proviene del latín femina, que significa “mujer” y cide ─ del latín caedere ─ que significa “matar” (Wharton’s Law Lexicon).
Fue hasta 1976 cuando el término fue reintroducido públicamente en la era moderna por la pionera, experta y activista feminista en materia de violencia masculina contra las mujeres, la profesora Diana E. H. Russell, en el Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer. La profesora Russell utilizó el término para llamar la atención sobre la violencia masculina y la discriminación contra las mujeres.
En México, fue la feminista Marcela Lagarde, la responsable de recuperar el concepto femicide y tipificarlo como delito en México en el código penal. En 2012, se implementó la definición legal de feminicidio como un crimen de odio por motivos de género, distinguiéndolo de otras formas de homicidio. Este cambio de ley ha sido fundamental para obligar a la formación y revisión de decenas de casos de violencia contra las mujeres con perspectiva de género.
A decir de Lagarde, el feminicidio es una ínfima parte visible de la violencia contra niñas y mujeres, que sucede como culminación de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de los derechos humanos de las mujeres. Para la estudiosa del feminismo, el común denominador del feminicidio es el género: niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el solo hecho de ser mujeres y en algunos casos son asesinadas como consecuencia de dicha violencia, ya sea pública, privada o íntima.
¿Qué dice el Código Penal Federal sobre el feminicidio? Es una grave violación a los derechos humanos. Se considera feminicidio cuando, se priva de la vida a una mujer por razones de género. De acuerdo al artículo 325 de la misma fuente, se considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
“I. La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;
II. A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia;
III. Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;
IV. Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
V. Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
VI. La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;
VII. El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.”
Si cualquiera de estas agravantes aparece en la escena del crimen o como parte de la investigación, se debe considerar un feminicidio.
EL FEMINICIDIO ES UN CRIMEN MISÓGINO
¿Qué es la misoginia? La palabra misoginia proviene de dos voces griegas miso y gyne que significan detestar a la mujer. Se usa para referirse a creencias o expresiones emocionales, psicológicas e ideológicas de odio hacia las mujeres y a lo femenino. La discriminación que viven las mujeres fortalece la misoginia contra ellas. Si una sociedad considera a la mujer como inferior al hombre, como cuerpo reproductor o cuya única labor deben ser las labores domésticas, estamos ante sociedades que fomentan la misoginia contra las mujeres y las niñas.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el artículo 5 fracción XI define a la misoginia como aquellas “(…) conductas de odio hacia la mujer y se manifiesta en actos violentos y crueles contra ella por el hecho de ser mujer”. Si desea profundizar en el tema de la misoginia se sugiere consultar las obras de teóricas o filósofas feministas como Celia Amorós, Amelia Valcárcel, Alda Facio o Marcela Lagarde.
Al igual que la feminista Amelia Valcárcel, creo firmemente que no podemos seguir permitiendo que la imagen de las mujeres maltratadas se convierta en la imagen por antonomasia de las mujeres. Una sociedad que se considera demócrata y pacifista debería ver a sus mujeres y niñas en imágenes dignas, de mujeres felices, que logran sus metas, que aman su cuerpo y que viven en paz. No de imágenes acompañadas de un nombre y la fecha de un feminicidio. Mujeres y niñas, tenemos derecho a vivir una vida digna y segura. Al menos eso dicen las leyes, desgraciadamente la realidad es otra y no es grata, porque nos están matando.
En cualquier instante, cuando menos los esperes
Así de vil y salvaje, todo llega a su fin.