Roberto Chanona
Desde hace años vengo repitiendo que tenemos en nuestro acervo cultural libros que son joyas muy valiosas para Chiapas. Trataré en esta ocasión de hablar de algunas de ellas con la intención de que estas palabras caigan en tierra fértil y en un futuro cercano, se logre su reedición.
Primeramente, quiero traer a la mesa el libro de don Juan Ballinas, El Desierto de los Lacandones. En 1950 el Ateneo chiapaneco – nos dice Víctor M. Esponda Jimeno – publicólas memorias de las exploraciones que llevó a cabo Juan Ballinas durante 1876-1877 por el “desierto de los Lacandones” o de “la Soledad”. La edición de este preciado documento fue posible merced a los buenos oficios de Frans Blom y Gertrude Duby, quienes en uno de sus numerosos viajes por aquellas, entonces, exuberantes regiones, pasaron por la finca El Paraíso, propiedad de los descendientes de la familia Ballinas; allí se les enseñó el preciado cuadernillo que guardaba celosamente las andanzas y exploraciones de don Juan por aquellas regiones ignotas. Al ver este documento los Blom se entusiasmaron y de inmediato solicitaron se les permitiera hacer una copia de tan valioso testimonio, petición a la que accedieron gustosos los propietarios de la finca. Así, Frans y Trudy transcribieron a mano en una libreta el contenido del cuadernillo que consigna las andanzas del intrépido Ballinas y de su socio -después cuñado- Manuel José Martínez. La versión de los Blom de dicho documento fue después trasladada a máquina, Frans la revisó, anotó y agregó dos mapas y una nota introductoria en la que da cuenta del hallazgo resaltando su importancia y original contenido. La referida versión la puso a consideración de los miembros del Ateneo susodicho, la cual fue acogida con agrado y enviada pronto a la imprenta, haciéndose un tiraje modesto de 800 ejemplares que pronto se agotó.
Posteriormente, si la memoria no me falla, fue Rodrigo Núñez, uno de nuestros mejores editores que hemos tenido, quien hizo la segunda reedición facsímil de esta joya. El CONECULTA en coedición con NA BOLOM, en épocas de Roberto Albores, también hicieron otra reimpresión. Desgraciadamente, siempre han sido tirajes de mil ejemplares que se agotan pronto. Jean de Vos en su libro Oro Verde, investigación muy amplia sobre el corte de Caoba en el estado, nos habla largo y tendido de don Juan Ballinas.
Breve Historia del Colegio de la Compañía de Jesús de Ciudad Real de Chiapas (1681-1767) es un manuscrito redactado por el padre Joaquín Antonio de Villalobos en 1698 y rescatado del Archivo de la Nación, por Francisco Santiago Cruz. En esta pequeña joya publicada en 1977,Santiago Cruz nos hace una reseña de la fundación del colegio y de los avatares que tuvo que pasar para lograRfuncionar como uno de los centros de enseñanza más importante de la Capitanía General de Guatemala. También nos habla de la construcción de la iglesia de Francisco Javieren 1700. Gracias a este libro, sabemos de los retablos de estaiglesia, mejor conocida como la iglesia de San Agustín y que hoy, es el anfiteatro de la Facultad de Derecho. ¿Por qué entonces se le conoce como la iglesia de San Agustín? Quizá porque en 1826, ahí se fundó la Universidad Nacional y Literaria de las Chiapas, y se nombró a San Agustín, como santo patrón de la misma. Esta universidad tenía un emblema representado por un peñón dividido por el cauce de un río y encima un triángulo conteniendo un ojo radiado. Todo esto nos lo platica de una manera muy amena don Hermilo López Sánchez en su libro Apuntes Históricos de San Cristóbal de Las Casas, otra joya de la cual hablaremos en un futuro.
Desgraciadamente, con la expulsión de los jesuitas de España y de todas sus colonias, esta información quedó enterrada. Pero fueron los jesuitas los que pusieron las basesde la enseñanza en nuestro estado. Nuestro historiador Manuel B. Trens nos dice: Este colegio tuvo una valiosa biblioteca que aseguran los escritos de la época, ser una de las más completas de la Capitanía General de Guatemala. Posteriormente pasó al Seminario Tridentino en 1779 y en épocas del general Vidal, la vi arrumbada en un cuarto de la casona que le llamaban “El Edificio” y que el gobernador envió los libros a la Biblioteca Pública del Estado.
Otro libro de suma importancia es: Historia de Chiapas del citado Manuel Bartolomé Trens. De origen tabasqueño, fue médico, historiador y periodista. También fue director del Archivo General de la Nación y de la restauración de esa dependencia. Vino a Chiapas durante la Gubernatura de Efraín Aranda Osorio.
Esta es una obra de consulta obligada para aquel estudioso de la historiografía chiapaneca. A mí me fascinó sobre todo el capítulo de antes de la colonia. La fundación de Chanan, hoy Palenque, por el clan de las culebras, es sumamente interesante. Creo que muchos datos pueden ser reinterpretados y analizados con nuevos enfoques para escribir una nueva historia de Chiapas.
También Trens es autor de otros libros importantes para nosotros como: Los Indios Lacandones (1930) y Bosquejos Históricos de San Cristóbal de Las Casas (1957).
La obra de Fray Francisco Ximénez de la Orden de los Predicadores titulada Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, es otra joya sumamentevaliosa para nosotros. Aquí Ximénez nos narra muchas de las costumbres de los Chiapa, sus dioses, y podíamos decir, que es nuestro cronista para conocer nuestro pasado. Este autor llegó a la edad de 22 años como acólito a Guatemala y se hizo sacerdote en Ciudad Real, hoy San Cristóbal de Las Casas. Ximénez fue mundialmente conocido porque es eltraductor del Popol Vuh, el libro del Consejo o libro sagrado de los Mayas. Los trabajos de este autor estuvieron archivados en la Escuela de Ciencias de Guatemala hasta 1830. Luego fue el austriaco Karl Scherzer quien publicó(1857) en Viena el primer borrador de la obra. Después fue Charles Étienne Brasseur de Bourbourg quien lo tradujo al francés en 1861, acuñándole el nombre de Popol Vuh.
En mis 30 años que llevo de editor, podría decirles que las primeras dos obras mencionadas tienen un valor de 40 mil pesos cada una, para reimprimir mil ejemplares. Cantidadque se me hace ridícula para una institución que muchas veces gasta más en cosas superfluas. La otra obra, la de Ximénez, es más compleja porque son varios tomos; aunque realizamos una reedición de un solo tomo en 1997 con el CONECULTA donde está lo referente a Chiapas y hoy nopasaría de unos 180 mil pesos por una edición mil ejemplares.
Sabemos con pruebas fehacientes que algunas institucioneshan pagado mucho más por obras sin ninguna trascendenciay otras veces, donde el verdadero costo era cinco veces menor al presupuestado. No digo nombres, porque no es la finalidad de sacar trapos sucios al Sol, pero sí, de hacer conciencia de lo que es valioso para Chiapas.