Se mostró el desafío científico de dicha enfermedad y urgencias en mejorar el acceso a médicos en comunidades marginadas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas enfrenta una crisis sanitaria silenciosa: el 60 por ciento de los casos de malaria en México se concentran en este estado, según lo revelado un estudio de la doctora del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Yolotl Moreno Hernández. Esta situación coloca a la entidad en el centro de un problema que combina factores ambientales, socioeconómicos y de salud pública, donde las estrategias tradicionales y científicas buscan respuestas urgentes.
La malaria, también conocida como paludismo, es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura del mosquito Anopheles spp., y sus efectos recaen con más fuerza en regiones con climas tropicales y alta marginación. En Chiapas, la prevalencia del parásito Plasmodium vivax ha sido persistente, lo que complica los esfuerzos de contención, mientras comunidades enteras continúan expuestas a la enfermedad por falta de infraestructura sanitaria adecuada.
En su investigación, Moreno Hernández no solo evaluó el panorama epidemiológico de la malaria en el país, sino que introdujo al Cecropia obtusifolia, conocido como huarumbo, como un posible tratamiento natural contra el parásito. Este recurso, que forma parte del conocimiento tradicional en las comunidades chiapanecas, ha mostrado potencial antimalárico gracias a compuestos como crisina e isoorientina, identificados por sus propiedades efectivas frente a Plasmodium vivax y Plasmodium falciparum.
Sin embargo, mientras la ciencia avanza en la validación de estos tratamientos, la realidad en esta región es urgente. La combinación de pobreza, falta de acceso a servicios médicos y condiciones propicias para la proliferación del mosquitocoloca a miles de chiapanecos en riesgo. Los hallazgos de la doctora Moreno no solo abren una puerta a nuevas soluciones, sino que también reflejan la necesidad de fortalecer políticas públicas y campañas preventivas en la región.
La lucha contra la malaria en la comarca no solo requiere investigación científica, sino también un enfoque integral que atienda las causas estructurales del problema. Mientras tanto, el dato es claro y alarmante: la entidad acumula seis de cada 10 casos de malaria en el país, una cifra que exige atención inmediata y una respuesta coordinada que no deje atrás a las comunidades más vulnerables.