Afectaciones a la salud, economía y producción de peces son producto del desemboque de
aguas residuales en el canal
MIROSLAVA HERNÁNDEZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Alrededor de cinco mil pescadores de 20 cooperativas de la zona de Bahía de Paredón, en
Tonalá, Chiapas, se encuentran severamente expuestos a contraer enfermedades de la piel y
gastrointestinales, e inclusive hasta cáncer, esto como producto de los altos niveles de
contaminación que existen en esta extensión de agua, en donde desembocan las aguas negras
de comunidades.
En Bahía de Paredón, la pesca es una de las actividades principales, la cual, para más de nueve
mil habitantes, es decir, el 60 por ciento de su población simboliza su única fuente de ingreso,
desafortunadamente desde hace casi 20 años, ciudadanos y pescadores comenzaron a verse
afectados por el desagüe de aguas negras provenientes del municipio de Tonalá.
No obstante, aun con estas condiciones, las 20 cooperativas a las cuales se encuentran
integrados un total de cinco mil pescadores insisten en continuar con la pesca y es que desistir
a este trabajo implicaría que miles de personas y familias se queden sin sustento, por ello, aun
con el riesgo de contraer enfermedades prosiguen con su oficio.
Respecto a la problemática, detallaron que cerca de dos kilómetros de canal se encuentra
contaminado por el desemboque que se encuentra en el mar a 500 metros de Paredón,
causando a su vez impacto ambiental en la flora de la zona, además de la contaminación
provocada en las casas que se encuentra en la orilla del canal.
Esta situación, explicaron, se vio intensificada a raíz del inicio de trabajos de la planta de
tratamiento de aguas residuales, ubicada en Tonalá, y con lo que la producción de camarón y
de róbalo se vio afectada, toda vez que de las 120 toneladas que vendían, ahora apenas logran
atrapar media tonelada al mes, y a pesar de recibir un apoyo federal por siete mil 500 pesos al
año, este es insuficiente para pagar los motores descompuestos por las aguas negras, para los
cuales se necesitan de 20 mil pesos para poder arreglarlos.
En consecuencia, todos estos factores han dado contribuido al incremento en la migración de
jóvenes hacia estados del norte del país, quienes dejan de considerar esta actividad como una
factible fuente de ingresos.
A su vez, la contaminación del agua produce fuertes olores fétidos, mismos que provocan
contantes estornudos entre las y los habitantes hasta por dos días continuos. Este mal olor, de
igual manera, resulta insoportable para quienes se ven en la necesidad de adentrarse al agua
por la pesca, explicando que una vez terminando con su actividad se ven forzosamente
obligados a lavarse de inmediato con agua limpia y jabón en polvo, e incluso hasta cloro, para
quitarse el olor, descontaminarse y evitar picazón.
Dado a estas afectaciones, aseguran que el desazolve del canal es inservible, principalmente
porque las corrientes arrastran el agua sucia, esparciéndola por todo el canal,
afortunadamente esta problemática aminora un poco durante la temporada de lluvias, dado
que las precipitaciones sirven para limpiar, no obstante, después de un tiempo regresa todo
otra vez y esto se convierte en un ciclo sin fin.