Este evento organizado por la SEP contó con participaron de preparatorias y
universidades
Por Argenis Esquipulas
En el vibrante escenario de las instituciones teatrales de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, se
ha inaugurado el esperado Primer Campeonato Estatal de Bailes Chiapas. Este destacado
evento, convocado por la Secretaría de Educación del estado de Chiapas, ha logrado
congregar a alrededor de 20 escuelas, marcando un hito en la promoción de la cultura y la
expresión artística entre los jóvenes, que participaron en la etapa final del “Campeonato
Estatal de Bailables Chiapanecos”.
La competición, que reunió aproximadamente 130 alumnos de instituciones de educación
media y superior, se distingue por la participación entusiasta de reconocidas
preparatorias, entre las que destacan la Preparatoria Número 01 de Tuxtla Gutiérrez, la
escuela preparatoria Número Uno de San Cristóbal y Preparatoria Número Siete de Tuxtla
Gutiérrez. Asimismo, el Conalep plantel 312 en Tuxtla Gutiérrez se enorgullece de contar
con la destacada participación de la Escuela Normal Indígena Intercultural Bilingüe
“Jacinto Canek”, la experimental de Tonalá, creando así un ambiente de diversidad
cultural y artística.
Encabezando la ceremonia, la Mtra. Rosa Aidé Domínguez Ochoa estuvo acompañada por
destacadas personalidades, incluyendo al Mtro. Oved Balderas Tovilla, secretario general
de la Sección 40 del SNTE, el Mtro. Pablo Velázquez Vázquez, subsecretario de Educación
Estatal, y el Dr. José Francisco Oliva Gómez, subsecretario de Planeación Educativa, entre
otros distinguidos invitados.
El propósito central de este evento fue fortalecer la preservación y la promoción de los
bailes y danzas chiapanecas, que sirven como vehículos para expresar la identidad
regional en el contexto de la cultura local. La competición no solo se erige como un
espacio de expresión artística sino también como un medio para comunicar y trascender
en los estudiantes de Educación Media y Superior, promoviendo la conexión con sus raíces
y tradiciones.
Durante su intervención, la Mtra. Domínguez Ochoa manifestó su entusiasmo y consideró
la experiencia como enriquecedora. Destacó la disciplina y el talento exhibido por los
jóvenes participantes, describiendo el evento como una “manifestación de arte y lo que
traen en sus corazones”. Subrayó la importancia de brindar estos escenarios para que los
jóvenes demuestren su capacidad creativa y expresen su identidad cultural.
La titular de la Secretaría de Educación extendió sus felicitaciones a los padres de familia
por el apoyo brindado a sus hijos, reconociendo el papel fundamental de los maestros de
danza de las escuelas participantes. Enfatizó el compromiso de la Secretaría con la
creación de espacios que fomenten el desarrollo integral de la juventud chiapaneca y la
apuesta por cultivar la felicidad y el enriquecimiento cultural.
En total, 16 grupos bailables, cada uno compuesto por 16 talentosos estudiantes, han
asumido el desafío de competir por el reconocimiento en diversas categorías. Este magno
evento no solo es una oportunidad para demostrar destrezas y habilidades en el baile,
sino también para fomentar el compañerismo y la camaradería entre los participantes.
La competencia se convierte en un escaparate de la riqueza cultural y artística de Chiapas,
donde la expresión corporal se fusiona con la tradición y la innovación. Cada paso, cada
ritmo, es una manifestación de la diversidad que caracteriza a esta región, destacando la
importancia de preservar y celebrar las raíces culturales a través del arte del baile.
Este evento cultural no solo celebra el talento artístico, sino que también destaca la
contribución al tejido social y cultural de Chiapas. La Secretaría de Educación reafirma su
compromiso con la promoción de actividades que enaltecen la identidad local y
construyen un puente entre las generaciones, fortaleciendo así el patrimonio cultural de la
región.
Mario Ángel Pola Mejía, profesor académico de la Secretaría de Educación, encabezó el
campeonato estatal de bailables Chapanecos. La competencia, promovida por la
Secretaría de Educación, reunió a diversas escuelas de educación media y superior en una
celebración de las raíces folclóricas chiapanecas.
Al cierre del evento, la funcionaria a cargo entregó merecidos reconocimientos a
destacados estudiantes, resaltando a Karen G. López Mendoza de la Escuela Normal del
Estado en Tonalá como la mejor bailarina, y a Antonio Matiaz Estrada, también de la
misma institución, como el mejor bailarín. La Preparatoria Nº 1 del Estado, turno matutino
en Tuxtla Gutiérrez, fue elogiada por la excelencia en coreografía y vestuario, mientras
que la Preparatoria Nº 7 del Estado, en la misma ciudad, destacó por la mejor proyección.
Asimismo, la Escuela Normal del Estado en Tonalá fue reconocida por su autenticidad.
El broche de oro fue la entrega de reconocimientos a las escuelas ganadoras: la Escuela
Normal del Estado en Tonalá se alzó con el primer lugar, seguida por la Preparatoria Nº 1
del Estado en Tuxtla Gutiérrez en el segundo lugar, y la Preparatoria Nº 7 del Estado,
también en Tuxtla Gutiérrez, en el tercer lugar.
El evento contó con la ilustre presencia de padres de familia, estudiantes, docentes y
directivos de las escuelas participantes, así como un público entregado que contribuyó a
hacer de esta celebración un vibrante encuentro cultural.
El estado de Chiapas, es una tierra rica en tradiciones ancestrales, se destaca como uno de
los estados mexicanos que preserva con fervor la herencia cultural de sus pueblos
indígenas. Desde la vestimenta hasta la lengua, Chiapas es un testimonio vivo de la
riqueza cultural que ha perdurado a lo largo del tiempo.
Los trajes típicos, llenos de colores vibrantes y elegancia, son auténticas obras de arte que
reflejan la identidad de cada comunidad.
En la capital, Tuxtla, se despliega una muestra fascinante de esta diversidad, destacando el
vestido de gala, una exquisita falda adornada con flores bordadas a mano con hilos de
seda, que representa la maestría artesanal de la región.
Las festividades locales se enriquecen con bailes tradicionales que evocan la esencia
misma de la cultura chiapaneca. Desde el enérgico Rescapetate hasta la mística Danza de
los Parachicos, las celebraciones rebosan de vitalidad y expresión cultural. Cada baile
uenta una historia, ya sea de raíces prehispánicas, mestizas o coloniales, tejiendo un tapiz
de tradición que conecta el pasado con el presente.
Chiapas, cuna de danzas como El Torito, Las chapanecas, Tongoetzé, El Niño Dormido, El
Pirí, La Tuxtlequita, El Cachito, El Nicté, El Aclaraban, Yomoetzé, La Marucha y otras, se
erige como un santuario de la diversidad cultural en México.
Estas manifestaciones artísticas trascienden el tiempo, fusionando lo ancestral con lo
contemporáneo en una celebración vibrante de la identidad chiapaneca.
Bailes y danzas típicos de Chiapas
Chiapas, el estado más meridional de México, es una tierra que respira cultura y tradición.
Sus bailes y danzas, ricos en color y simbolismo, son expresiones auténticas que reflejan la
identidad diversa y arraigada de las comunidades chiapanecas.
En este extenso artículo, nos sumergiremos en el fascinante mundo de las danzas típicas y
tradicionales de Chiapas, explorando la riqueza cultural que impregna esta región.
La Fiesta Grande de Chiapa de Corzo: un estallido de tradición
Iniciamos nuestro viaje en Chiapas con una de las celebraciones más emblemáticas: La
Fiesta Grande de Chiapa de Corzo. Esta festividad, reconocida como Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, no solo es una explosión de música y color,
sino también un despliegue de danzas que encapsulan la riqueza cultural de Chiapas.
La Parachicos: Una de las danzas más emblemáticas de la Fiesta Grande es la de los
Parachicos. Los bailarines, ataviados con trajes coloridos y máscaras de madera,
representan a los colonizadores españoles. Este baile es una mezcla de elementos
prehispánicos y europeos, un recordatorio de la historia y fusión cultural que define a
Chiapa de Corzo.
La Danza de las Cabezas: Otra expresión dancística importante durante la Fiesta Grande es
la Danza de las Cabezas. En esta danza, los participantes llevan enormes cabezas de papel
maché, representando animales, personajes mitológicos o figuras históricas. La música
animada y los movimientos enérgicos hacen de esta danza una experiencia visual única.
La Marimba: alma sonora de Chiapas
La marimba, un instrumento de percusión de origen africano, se ha convertido en un
emblema de la música chiapaneca. Acompañada por el sonido distintivo de las marimbas,
varias danzas se han desarrollado a lo largo del tiempo, incorporando el ritmo alegre y
melódico de este instrumento tradicional.
El Torito: Una danza popular que resalta el sonido de la marimba es El Torito. En esta
celebración, los bailarines llevan trajes decorados con espejos y cintas de colores,
mientras ejecutan movimientos vivaces al ritmo de la música de marimba. La danza
representa la lucha entre un toro y un tigre, incorporando elementos de la naturaleza y la
mitología local.
La Danza del Volador: Aunque también presente en otras regiones de México, la Danza del
Volador tiene una interpretación única en Chiapas. En esta danza, los participantes
descienden de un poste alto mientras realizan movimientos circulares, simbolizando la
conexión entre la tierra y el cielo. La música de marimba acompaña este ritual, dotándolo
de un carácter distintivo chiapaneco.
Las Chiapanecas: elegancia y tradición en movimiento
Las Chiapanecas es una danza que ha trascendido las fronteras de Chiapas y se ha
convertido en un ícono de la música folklórica mexicana. Esta danza es ejecutada por
mujeres vestidas con trajes tradicionales chiapanecos, llevando canastas adornadas con
flores. Los movimientos gráciles y elegantes de Las Chiapanecas han cautivado a
audiencias en todo el país y más allá.
Las Palomas: símbolo de la resiliencia zoque
La etnia Zoque, originaria de Chiapas, ha preservado su cultura y tradiciones a lo largo de
los siglos. La danza de Las Palomas es una expresión artística que representa la conexión
de los zoques con la naturaleza y su resiliencia como comunidad.
En esta danza, los participantes llevan trajes que simulan alas de paloma y realizan
movimientos que imitan el vuelo de estas aves. La música y los movimientos son un
tributo a la fauna local y un recordatorio de la importancia de preservar la biodiversidad.
La Danza de los Pájaros: tesoro del pueblo tzotzil
Los tzotziles, una comunidad indígena de Chiapas, han creado la Danza de los Pájaros, una
expresión única de su relación con la naturaleza. En esta danza, los participantes llevan
atuendos que imitan a aves locales y ejecutan movimientos que representan el vuelo y la
búsqueda de alimento.
La Danza de los Pájaros es un homenaje a la riqueza natural de Chiapas y una expresión de
la conexión espiritual que los tzotziles mantienen con su entorno.
La Danza de los Parachicos en Chiapa de Corzo
Aunque ya mencionamos la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, la Danza de los Parachicos
merece una atención adicional. Esta danza, parte integral de las festividades, implica la
participación de hombres ataviados con trajes coloridos y máscaras que representan a los
colonizadores españoles.
La danza es una mezcla de elementos indígenas y europeos, con movimientos enérgicos y
contagiosos que llenan las calles de Chiapa de Corzo durante la celebración.
La Danza del Venado: travesía chamula
La etnia Tzotzil en la región de Chamula, Chiapas, realiza la Danza del Venado, una
representación mística de su conexión con la naturaleza y las tradiciones ancestrales. En
esta danza, los participantes llevan atuendos que imitan a los venados y ejecutan
movimientos que simbolizan la caza y la relación entre los seres humanos y la fauna.
La Danza del Venado es un ejemplo de cómo las comunidades indígenas en Chiapas han
mantenido viva su herencia cultural a través de expresiones artísticas que encapsulan sus
creencias y la relación armoniosa que buscan mantener con el entorno.
La Danza de las Cabezas Chicas en Tenejapa
La Danza de las Cabezas Chicas en Tenejapa es una expresión folklórica que se destaca por
sus máscaras intrincadamente talladas y su conexión con las creencias ancestrales. En esta
danza, los participantes llevan máscaras de tamaño reducido que representan animales y
personajes mitológicos.