Un proyecto de naturalización para hindúes, parsis, sijs, budistas, jainistas y cristianos fue
presentada por el gobernante Narendra Modi
PORTAVOZ/AGENCIAS
El Gobierno de la India anunció reglas para implementar una ley de ciudadanía que excluye a los
musulmanes, semanas antes que el primer ministro indio, el hindú Narendra Modi, busque un
tercer mandato.
La Ley de Enmienda de Ciudadanía proporciona una vía rápida hacia la naturalización para
hindúes, parsis, sijs, budistas, jainistas y cristianos que huyeron a la India, país de mayoría hindú,
desde Afganistán, Bangladesh y Pakistán antes del 31 de diciembre de 2014. La ley excluye a los
musulmanes, que son mayoría en esas tres naciones.
El Parlamento aprobó la ley en 2019, pero el Gobierno de Modi postergó su implementación
después que estallaron protestas fatales en la capital, Nueva Delhi, y en otros lugares. Decenas de
personas murieron durante los días de enfrentamientos.
Las protestas atrajeron a personas de todas las religiones que dijeron que la ley socava los
cimientos de la India secular. Los musulmanes estaban particularmente preocupados de que el
Gobierno pudiera utilizar la ley, combinada con un registro nacional de ciudadanos, para
marginarlos.
El Registro Nacional de Ciudadanos es parte del esfuerzo del Gobierno de Modi para identificar y
eliminar a las personas que, afirma, llegaron a la India sin autorización legal. El registro sólo se ha
implementado en el estado nororiental de Assam, y el gobernante Partido Bharatiya Janata ha
prometido establecer un programa similar de verificación de ciudadanía en todo el país.
El Gobierno de Modi asegura que la ley es humanitaria, al argumentar que está destinada
únicamente a extender la ciudadanía a las minorías religiosas que huyen de la persecución y no se
utilizará contra ciudadanos indios.
El principal partido opositor del Congreso cuestionó el anuncio y dijo que “el momento justo antes
de las elecciones está evidentemente diseñado para polarizar las votaciones”.
Amnistía India, un grupo de derechos humanos, señaló en un comunicado que la ley “legitima la
discriminación basada en la religión”.
India es el hogar de 200 millones de musulmanes en un país de más de mil 400 millones de
personas. Están dispersos por casi todas partes de la India y han sido blanco de una serie de
ataques.
Los críticos dicen que el evidente silencio de Modi sobre la violencia antimusulmana ha
alimentado el discurso de odio contra ellos.
Modi ha mezclado cada vez más la religión con la política en una fórmula que ha resonado
profundamente en la población mayoritariamente hindú de la India. En enero, abrió un templo
hindú en el lugar de una mezquita demolida en Ayodhya.
Las encuestas sugieren que Modi podría ganar en las elecciones generales de mayo.