Habitantes podrían verse obligados a iniciar labores de remoción del material pétreo ante la falta de apoyo gubernamental
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
La mañana de este lunes, un derrumbe bloqueó por completo el tramo carretero Altamirano-Chanal, en específico el crucero la Mendoza, a tan solo cinco minutos de Altamirano. Este incidente interrumpió el paso de todos los automovilistas que utilizan esta vía como ruta alterna para llegar a San Cristóbal de Las Casas, situación agravada por el bloqueo total en el municipio de Oxchuc.
La falta de presencia de elementos de Protección Civil en la zona generó incertidumbre entre los habitantes y usuarios de la carretera. Se mantenían en espera de que autoridades pudieran desplegar apoyo para la remoción segura del material pétreo que obstruía la vía, aunque también se contempló la posibilidad de que los propios residentes de la Mendoza iniciaran las labores de limpieza de manera voluntaria.
Este evento subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras viales ante fenómenos naturales extremos, como las fuertes lluvias que han caracterizado la región. Las instituciones de Protección Civil deben intervenir no solo para la remoción del derrumbe, sino también para evaluar los riesgos asociados y mitigar posibles consecuencias para la población.
En situaciones como estas, es crucial que dicha institución coordine esfuerzos con las autoridades locales y la comunidad para garantizar una respuesta efectiva y segura. Además de la remoción del material obstruyente, es necesario evaluar la estructura de la carretera para verificar su integridad y prevenir futuros incidentes.
Los derrumbes no solo interrumpen el flujo vehicular, sino que también pueden representar riesgos significativos para la seguridad de los residentes cercanos y los viajeros. Es fundamental que las autoridades implementen medidas de monitoreo continuo y mantenimiento preventivo de las vías en zonas propensas a deslizamientos y colapsos.
La colaboración entre las instituciones gubernamentales, sociedad civil y habitantes locales es esencial para fortalecer la resiliencia comunitaria frente a eventos naturales adversos. Capacitar a la población en medidas de respuesta ante emergencias y fomentar la cultura de la prevención pueden reducir los impactos negativos de desastres.