Pese a desafíos climáticos y económicos, los productores mantienen su compromiso con la tradición del Día de Muertos
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Con la llegada del Día de Muertos, los productores de flores de la zona rural baja de Tapachula enfrentan un panorama complicado. La emblemática flor de cempasúchil, tradicional en esta celebración, está en riesgo de escasez debido a una producción que ha disminuido hasta un 40 por ciento en comparación con años anteriores. Este fenómeno se atribuye en gran medida a los efectos del cambio climático y a un ciclo de lluvias que ha impactado las cosechas.
La productora con cuatro décadas de experiencia en el cultivo, Petronila Gómez de León, destacó que las recientes lluvias han afectado el desarrollo de las flores, lo que provoca que muchas se desgasten antes de ser cosechadas. A pesar de que las lluvias han comenzado a cesar, el daño ya está hecho, y las expectativas de producción son limitadas. “El cambio climático nos ha jugado una mala pasada”, reconoció Gómez, misma que reconoció la incertidumbre que sienten los productores ante un clima cada vez más errático.
Otra productora local, agregó que la falta de almácigos ha dificultado aún más la situación. “No sabemos si es la tierra o las semillas, pero este año hemos visto que los resultados no son los esperados”, explicó. La reducción de terrenos cultivables debido a la expansión de infraestructuras también ha contribuido a la crisis, esto limita las áreas donde antes sembraban con éxito. A pesar de estos desafíos, las familias involucradas en esta actividad aún se las arreglan para obtener algo de ingresos.
La temporada de venta iniciará el 28 de octubre y los productores enfrentan el dilema de precios. Para asegurar algo de utilidad, han decidido fijar el costo de los manojos de cempasúchil en 40 pesos. Sin embargo, el encarecimiento de insumos agrava aún más su situación, puesto que buscan equilibrar los gastos crecientes con las menores ganancias que generará esta cosecha.
Los productores locales enfatizaron que, a pesar de la adversidad, su compromiso con esta tradición persiste. La flor de cempasúchil no solo representa un símbolo cultural, sino también un sustento para muchas familias. A medida que se acercan los festejos, queda la esperanza de que, a pesar de la disminución en la producción, la comunidad se una para celebrar y recordar a sus seres queridos, aunque sea con un número reducido de flores.