Pese a su relevancia histórica, la zona ha sido ignorada por el INAH y parte de su historia sigue en un limbo histórico
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La Zona Arqueológica de Izapa, en Tuxtla Chico, es uno de los sitios más significativos de la cultura mesoamericana, pero solo el tres por ciento de su superficie ha sido explorado. A pesar de su enorme valor histórico, el 97 por ciento restante permanece intacto, el cual espera ser descubierto. Esta situación refleja una falta de interés y recursos para investigar una de las joyas más importantes del sur de México.
El vicepresidente del Frente de Izapa, Rodolfo Cruz Barrios,lamentó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no haya priorizado la zona. Aseguró que, de las 127 hectáreas de la zona arqueológica, solo tres han sido intervenidas, lo que deja gran parte del sitio desconocido. Para Cruz Barrios, esta desatención es una clara muestra de que Izapa no ha recibido la importancia que merece.
El pequeño porcentaje de la zona que ha sido estudiado ha revelado hallazgos de gran trascendencia. En los grupos A, B y F, se han encontrado piezas que confirman los avances científicos y culturales de los antiguos habitantes de Izapa. Sin embargo, el impacto de estos descubrimientos es limitado sin una mayor exploración que permita entender el alcance total de la civilización que los creó.
La falta de acción por parte del INAH no ha impedido que algunos grupos culturales y académicos se interesen por investigar más a fondo el sitio. Sin embargo, las restricciones del INAH han impedido que estos esfuerzos se materialicen. Este obstáculo refleja una desconexión entre las autoridades y la necesidad de preservar y estudiar el patrimonio arqueológico de la región.
Izapa guarda en su interior una vasta cantidad de secretos aún por desvelar. La zona podría proporcionar información crucial sobre los equinoccios, el juego de la pelota y la relación entre los volcanes Tlajomulco y Tacaná. Sin embargo, sin un impulso serio para su exploración, el sitio seguirá siendo un misterio, y su valor histórico continuará fuera del alcance de quienes más podrían aprender de él.