Abigail es docente de primaria y asegura que la aptitud se trae, pero la motivación lo dan
ellos
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
Hoy se celebra el Día del Maestro, una persona importante en la formación educativa, el
profesor Abigail es uno de ellos.
“Actualmente tengo 18 años en servicio, 10 años laborando en la ciudad de Tuxtla
Gutiérrez, cuando uno es nuevo, cuando uno ingresa al sistema, nuestra área de trabajo,
nuestro lugar es completamente distante al lugar de residencia original. En mi caso, que
soy de acá del centro, me tocó viajar a dos horas de camino de acá, la comunidad se llama
Frontera Corozal, municipio de Ocosingo, carretera de Palenque, a la carretera
internacional”, comenta el docente Abigail Santiago Champo.
Él demuestra pasión por su trabajo, por la fotografía, pero sobre todo, quiere ser ejemplo
y motivación para sus alumnos, tal como lo narra su historia.
“En la educación primaria me tocaron buenos maestros, pero uno que me marcó la vida es
el maestro Carlos Alen Grajales Rodríguez de Suchiapa, reorientó mi camino y me motivó
a tomar en un futuro la carrera”, agregó.
Ser maestro dice que va más allá de enseñar, es el sembrar una semilla en los pequeños,
en su caso, él es docente del nivel primaria, y la mayor satisfacción es el reconocimiento
de los padres y ver a sus alumnos alcanzar sus metas.
“El reconocimiento de la calle por parte de ellos, el saludo fraterno, el reconocimiento y el
agradecimiento por parte de ellos, el decir, profe, gracias a usted estoy estudiando
odontología, una licenciatura, profe, voy a ser maestro como usted, profe, estoy
estudiando ingeniería, aquí es una parte de fortalecer el autoestima, la seguridad y la
confianza y que sea reconocido por ellos mismos y no por nosotros”, enfatizó Champo.
Dice que haber estado en la frontera no es cuestión fácil, el trasladarse, estar lejos de casa
y de su familia, un momento difícil fue el fallecimiento de su madre, puesto que tuvo que
asistir a dar clases mientras que ella era velada, pero “el trabajo sigue, en esa ocasión
tenía un grupo de primero, alumnos a quienes tienes que dejarles actividades lúdicas,
estar sonriente y así fue”.
Santiago Champo, dice estar agradecido con la vida, dado que se dice muchas cosas de los
maestros, pero lo ven más allá de la responsabilidad que ellos tienen.
“Estamos casi medio día con los alumnos, es también brindar un brazo de apoyo, también
somos como familia”, puntualizó.