La desigualdad local continúa: los ingresos aún no alcanzan para satisfacer necesidades básicas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
A primera vista, los últimos datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (Coneval) sobre Chiapas pueden parecer alentadores: el porcentaje de personas en pobreza
laboral se encuentra en su punto más bajo desde 2018. Sin embargo, un 62.5 por ciento de la
población aún no puede adquirir la canasta básica con su sueldo. Este dato, aunque mejor que el
registrado hace seis años, no debe llevar a la complacencia, sino a cuestionar qué tipo de
crecimiento económico se ha logrado y a quién beneficia en realidad.
Las cifras más recientes evidenciaron una mejora anual en los indicadores, con una caída de 4.5
por ciento en la pobreza laboral entre el segundo trimestre de 2023 y el mismo periodo de 2024.
No obstante, estos avances enmascaran profundas desigualdades internas. Ciudades como Tuxtla
Gutiérrez, han experimentado un aumento en la proporción de personas con ingresos insuficientes
para cubrir necesidades básicas, mostrando que el crecimiento no ha sido uniforme.
La situación se agrava cuando se compara con el escenario nacional. Mientras el ingreso laboral
promedio per cápita creció un 8.9 por ciento entre 2023 y 2024, los habitantes de Chiapas siguen
atrapados en la precariedad laboral. La brecha entre la población formal e informal, con
diferencias salariales de casi el doble, demuestra que el problema no es solo de falta de
crecimiento, sino de un desarrollo que deja fuera a la mayoría.
Otro factor que añade presión a esta problemática es el aumento en el costo de la canasta básica,
que superó la inflación anual promedio. La Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI) subió más
de cinco por ciento en zonas rurales y urbanas, lo que significa que, aunque los ingresos nominales
hayan aumentado, el poder adquisitivo de los trabajadores en Chiapas, se sigue viendo afectado.
Ante este panorama, queda claro que el descenso en los niveles de pobreza laboral no significa
que se haya superado la crisis. En Chiapas, el 62.5 por ciento de la población aún enfrenta
dificultades para satisfacer sus necesidades básicas. Este es un recordatorio de que detrás de los
números existen vidas que dependen de cambios estructurales más profundos para lograr una
verdadera mejora.