Habitantes afirmaron que tribus como los olmecas y toltecas habitaron la zona en 1890
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El panteón ejidal de la pesquería de Paredón, en Tonalá, ha captado la atención de la comunidad tras el reciente descubrimiento de monedas de oro y figuras de barro en el lugar. De acuerdo con declaraciones de los habitantes locales, representados por Eliud Domínguez, estos hallazgos podrían estar relacionados con antiguas civilizaciones que alguna vez habitaron la zona. Entre los pueblos mencionados figuran los olmecas y toltecas, así como migrantes provenientes de los Estados Unidos que habrían llegado a la región a finales del siglo XIX.
La historia del lugar señala que, en 1890, varias tribus se asentaron en la pesquería, permaneciendo allí por tres años. Durante este tiempo, se dedicaron a la fabricación de ladrillos y bloques de construcción, así como a la creación de figuras de barro que exportaban a estados como Oaxaca y Veracruz. Con las ganancias obtenidas, se dice que los habitantes acumulaban monedas de oro, las cuales habrían sido enterradas junto con sus muertos, en el mismo terreno donde vivían y trabajaban.
Lo que en un principio fue un simple rumor ha ganado relevancia en los últimos tiempos, dado que las monedas continúan siendo desenterradas por los residentes, aunque con mayor dificultad que en el pasado. Estos hallazgos no solo representan un valor económico, sino que despiertan interrogantes sobre la presencia y el legado de estas tribus en Paredón, así como la relación de las monedas con las rutas comerciales y la actividad económica de la época.
La conexión entre estas antiguas prácticas y las piezas de barro encontradas sugiere una dinámica comercial más amplia que podría haber influido en el desarrollo de la región. Las figuras de barro, que se vendían en otros estados, y la acumulación de monedas de oro revelaron una economía local ligada a la producción artesanal y el comercio. Sin embargo, el misterio persiste sobre por qué, tras su partida, estas civilizaciones optaron por ocultar sus riquezas bajo tierra.
Los hallazgos recientes en el cementerio de Paredón abren la puerta a nuevas investigaciones arqueológicas que podrían profundizar en el conocimiento de estas culturas y su impacto en la región. Además, plantean la necesidad de proteger el sitio como un patrimonio cultural que podría contener pistas clave sobre la vida, las creencias y las actividades de quienes habitaron este territorio en el pasado.