El nuevo Gobierno enfrenta retos críticos que requieren soluciones inmediatas para evitar complicaciones en la región
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El municipio de Ocozocoautla enfrenta un escenario de crisis financiera y de infraestructura tras el cambio de administración. El nuevo alcalde ha recibido un municipio con deudas millonarias y un sistema de gestión de residuos al borde del colapso, lo que compromete el bienestar de los habitantes. Estas situaciones requieren acciones inmediatas para evitar que los problemas escalen y afecten aún más la calidad de vida en la región.
Uno de los desafíos más urgentes es el adeudo de más de 25 millones de pesos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que amenaza con dejar sin energía a Ocozocoautla. Este problema no solo impacta en el alumbrado público, sino que pone en riesgo el suministro de agua potable, puesto que las bombas encargadas de distribuir el líquido dependen del servicio eléctrico. Un corte en la energía podría dejar a miles de ciudadanos sin acceso al agua.
Además, el sistema de recolección de basura se encuentra al borde del colapso. El relleno sanitario, saturado y sin capacidad para más desechos, ha obligado a detener la recolección durante varios días. Esta situación no solo afecta la imagen del municipio, sino que también pone en peligro la salud pública, al tiempo que genera tensiones entre los habitantes y las autoridades locales.
Frente a esta situación, la administración municipal ha comenzado a dialogar con la CFE para evitar cortes de energía y trabaja en estrategias para gestionar los residuos de manera efectiva. Sin embargo, estos esfuerzos serán insuficientes si no se implementan soluciones sostenibles a largo plazo que permitan manejar las finanzas y la infraestructura con mayor responsabilidad.
El reto para Ocozocoautla va más allá de la gestión administrativa. Se trata de construir un municipio resiliente que pueda superar estas crisis y ofrecer a sus habitantes una mejor calidad de vida. Esto requiere no solo voluntad política, sino también una mayor participación ciudadana y un enfoque integral que permita prevenir futuros colapsos financieros e infraestructurales.