Dónde jugarán las niñas y los niños
Sheila X. Gutiérrez Zenteno
Cuenta el abuelo de un cielo muy azul,
en donde voló papalotes que él mismo construyó
el tiempo pasó, y nuestro viejo ya murió
y hoy me pregunté, después de tanta destrucción
¿Dónde diablos jugarán los pobres niños?
Hace muchas lunas ya, mi padre fue profesor en una vieja escuela primaria en Ocosingo. Cada ciclo escolar compraba flautas para sus pequeños y pequeñas estudiantes porque sus familias no podían costear ese instrumento. Todos los años enfrentaba el mismo problema, los pequeños no llegaban a clases porque sus padres preferían que perdieran sus lecciones, incluso el ciclo escolar, antes que desatender sus labores en el campo: había que sembrar, pizcar, tostar el café, cosechar la siembra. Los niños y las niñas eran más útiles para sus familias en el campo que aprendiendo a leer y escribir. Poco importaban los derechos de las infancias si se trataba del ingreso familiar.
LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO… Y LA NIÑA
El 20 de noviembre de 1959, la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño de manera unánime por los 78 Estados miembros de la organización. Hoy, se incluye a las niñas como un acto de inclusión que las contempla como sujetas de acción y de derechos. Es una declaración hermosa, que si aplicáramos en nuestra cotidianidad, nos llevaría a reconocer que no hay población más vulnerable que la de las infancias. La Declaración expresa que todas las personas deben reconocer el derecho de la niñez a contar con los medios necesarios para su desarrollo, a recibir ayuda especial en épocas de necesidad, a tener prioridad en las actividades de socorro, a gozar de libertad económica y protección contra la explotación, entre otros.
La Declaración de los Derechos Humanos de la niñez es muy clara, considerando su falta de madurez física y mental, niños y niñas necesitan de protección, cuidados especiales y la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento. ¿A quiénes se considera infantes? El artículo 1 lo específica, se considera niño (o niña) “a todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”.
LA HUMANIDAD DEBE A LAS NIÑAS Y NIÑOS LO MEJOR QUE PUEDE DARLE ¿LO HACEMOS?
No hay nada más atroz para la niñez que vivir en entornos de violencia que pasan por encima de sus derechos. Actualmente en Irak, buscan con una enmienda legal que la edad para contraer matrimonio pase de 18 a nueve años, esto derivado de prácticas religiosas (sunitas o chiítas) que sostienen que una mujer puede casarse en cuanto esté físicamente preparada para mantener relaciones sexuales, es decir, una vez que esta menstrúe. En Libia se busca que el velo sea de uso obligatorio no solo para las mujeres sino también para las niñas.
La UNICEF dio a conocer este 19 de septiembre que los ataques a la Franja de Gaza por parte de Israel han causado la muerte de más de 16 mil 756 niños, dejando heridos entre el 7 de octubre de 2023 y el 10 de septiembre de 2024 a seis mil 168 infantes. Como resultado de los ataques con armas de gran alcance en zonas densamente pobladas, al menos un millón de niños han sido desplazados, 21 mil infantes están desaparecidos, 20 mil han perdido a uno o ambos progenitores, 17 mil niños y niñas se encuentran separados de sus familias y tres mil 500 más se encuentran en riesgo por la falta de alimentos, ya que Israel impide el ingreso de ayuda humanitaria.
El organismo también reportó que más de 200 niños han muerto en Líbano en los últimos dos meses como consecuencia de dichos enfrentamientos y no hay un Gobierno dispuesto a poner un alto a estas muertes sin sentido. “En el Líbano, de forma muy similar a como ha sido el caso en Gaza, lo intolerable se está transformando silenciosamente en aceptable” señaló su portavoz, James Elder.
LA VIOLENCIA CONTRA LA NIÑEZ ESTÁ EN TODAS PARTES
Esta puede generarse en los espacios en los que niñas y niños viven cotidianamente. Por ejemplo, en México, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca dio a conocer el 30 de octubre pasado, que derivado de la búsqueda de un menor desaparecido en la entidad, descubrieron que el crimen organizado “engancha” o “pesca” menores mediante el videojuego Free Fire. El niño fue recuperado y se encuentra con su familia, de no haber sido así habría terminado al servicio de algún grupo delictivo.
El enganche es una práctica que el crimen organizado usa también para captar a niñas o adolescentes que serán utilizadas como mulas (transporte de drogas) o que ingresarán a redes de tráfico y explotación sexual. Ellas son captadas mediante redes sociales, interactúan con “jóvenes” que conocen en estos espacios, platican con ellas, se ganan su confianza y una vez encuentran su punto vulnerable les ofrecen el apoyo que necesitan; también usan prácticas tradicionales de enamoramiento para atraerlas. Por ello es importante vigilar qué consumen los niños, niñas y adolescentes, tanto en medios tradicionales como en Internet.
Poco se habla también de cómo la violencia de género afecta a niñas y niños. Si estos habitan en hogares donde la madre vive violencia, desarrollarán aislamiento social y dificultades para establecer relaciones personales, además de síntomas depresivos y de ansiedad (llanto, tristeza, baja autoestima). Son infantes que lidian con el temor de perder a su madre o a su padre. La Unicef reporta que hay alteraciones del sueño, problemas escolares (bajo rendimiento, problemas de atención y concentración, agresiones entre pares) o síntomas de estrés postraumático. Además, son las niñas y los niños quienes asumen el rol adulto del cuidado que no reciben ya que protegen y procuran a sus hermanos o hermanas (si los hay) o incluso a su propia madre si es necesario.
LAS INFANCIAS EN MÉXICO
¿Por qué vemos a niños y niñas en los semáforos de la ciudad haciendo malabares o limpiando parabrisas a cambio de unas monedas? ¿Por qué no están en la escuela o jugando con otros pequeños? Cuando se revisan números y algunos estudios en torno a las infancias, podemos percatarnos que tanto los tres órdenes de Gobierno como la ciudadanía, además de organismos internacionales, estamos fallando.
En 2023 se reportaba que en México, dos millones de niños consumían drogas. Lo vimos de cerca con un proyecto de investigación que trabajamos en 2015. En una comunidad en la zona de La Trinitaria, se descubrió que los menores de edad del lugar consumían cotidianamente marihuana y otras sustancias. ¿La razón? Los niños y niñas de la zona tenían una escuela en la que no eran atendidos, sus familias debían conseguir el sustento para su casa, no había juegos o zonas destinadas a su esparcimiento, la sensación era que no importaban a nadie. Mientras el proyecto de exhibición de películas fue constante, las niñas y niños tuvieron un espacio propio. Cuando el proyecto terminó, le pidieron a la joven que los atendía que no se fuera, pero no había manera de sostener el proyecto. Aquí es donde uno se pregunta ¿qué hace el Gobierno por las infancias que se encuentran en zonas con altos índices de marginación?
En México, el matrimonio infantil es otra constante, es una práctica institucionalizada. Datos de Hunger Project México señalan que es más probable que las niñas – esposas vivan en zonas rurales, en hogares pobres y que tengan un menor nivel de educación. Se considera matrimonio infantil, toda unión civil que tiene lugar antes de los 18 años. El asunto es que una persona menor de edad se encuentra en la construcción de una madurez emocional y física por lo que esa idea de matrimonio consensuado difícilmente tiene lugar. Hasta 2020, se contabilizaron más de 313 mil niñas, niños y adolescentes de 12 a 17 años en un matrimonio o unión temprana en México, de los cuales el 76 por ciento eran mujeres, lo que refleja que la mayoría de las uniones infantiles afectan de manera desproporcionada a niñas y adolescentes.
El Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informa que 27.8 mil indígenas adolescente de entre 12 y 17 años se encontraban casadas o unidas en ese año, lo que representaba el 7.5 por ciento de las adolescentes indígenas en el país. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, México se posiciona como el octavo país con mayor índice de matrimonio infantil en el mundo. Los estados con mayor prevalencia de matrimonios infantiles entre mujeres indígenas son: Sinaloa, Baja California Sur y Tamaulipas y los estados con mayor número absoluto de mujeres indígenas casadas o unidas antes de los 18 años son Chiapas, Oaxaca y Guerrero
Las niñas también son víctimas de desaparición y feminicidio. Save The Children reportó que entre el 2015 y 2023, se registraron un total de siete mil 552 feminicidios, de ellos, 745 feminicidios fueron contra niñas y adolescentes. En Chiapas, solo en 2024 se han registrado al menos tres feminicidios de menores, además de la muerte de una neonato por el feminicidio de su madre. La misma organización reporta que del 1° de enero de 2013 al 13 de marzo de 2024, se registró la desaparición de 10 mil 595 niñas, niños y adolescentes, de los cuales el 51.8 por ciento eran niñas y adolescentes mujeres. Entre 2015 y 2023 se contabilizaron cuatro mil 630 mujeres víctimas de trata de personas en México, de las cuales, 1 mil 787 (el 38.6 por ciento) fueron niñas y adolescentes mujeres.
EL MUNDO DE MI INFANCIA, LUCE MUY DIFERENTE AL QUE HOY VEO
Tengo recuerdos dulces de mi infancia. Armábamos papalotes y corríamos por la calle para ganar altura y hacerlos volar; nadábamos en las pozas, el agua era limpia. Hoy, la inseguridad, la violencia y las guerras les roban a niñas y niños la paz que merecen. Como adultos, tenemos una encomienda impostergable: cuidar de nuestra niñez; enseñarles que tienen derechos y les pertenecen. Estamos normalizando ver en las noticias que a las infancias se les enseña en la escuela cómo colocarse a resguardo en caso de que un comando armado entre a la comunidad o se registre un enfrentamiento entre grupos del crimen organizado que buscan el control de una zona. No hay justicia en ello. Si no exigimos a quienes administran nuestra nación a velar por el respeto y la aplicación de los Derechos de niños y niñas, nadie más lo hará. Nuestras infancias cuentan con nosotras y nosotros.