CARLOS Y EL COBRO DE PISO
Para nadie es un secreto que desde la administración municipal de Fernando Castellanos
(FERCACA para los amigos), el ambulantaje encabezado por Antorcha Campesina tuvo un
gran auge, propiciado por el ayuntamiento de la capital, deriva de los fuertes ingresos que
representa el cobro de piso legal.
Para Carlos Morales, un sujeto que trajo como estigma la venganza contra los tuxtlecos
por la derrota que le propinaron con Vicky Rincón en el año 2000, fue su suerte principal,
apoyado por gente inescrupulosa comenzaron un plan de acción que consistió en otorgar
permisos provisionales a los ambulantes para la venta en las principales calles de la
capital.
En la aldea, el ambulantaje creció al doble que con el Fercaco exalcalde, los ingresos se
multiplicaron y aunque nadie dice nada, todos saben que es un negocio redondo que el
oficialismo protege desde la misma entraña del ayuntamiento comenzando por Gorrosino
el famoso tesorero millonario y seguido de Alexis Zuarth el pariente de Raciel López
Salazar y termina con Carlos Morarles el alcalde agiotista de los ambulantes.
Cifras más cifras menos, de acuerdo a testimonios aclaro, no oficiales, pero sí
confidenciales, los ingresos por el ambulantaje superan el millón de pesos a la semana,
recurso que no ingresa en su totalidad a las arcas municipales, aún es un “misterio” a
dónde va a parar tanta paga.
Este asunto del cobro de piso oficial del ayuntamiento al ambulantaje es parecido al de los
baños públicos en donde los administradores de los mercados se hacen millonarios a costa
de los usuarios, según el dato que proporcionan a este bodrio, es que el dinero no es fiscal
por lo que solo una parte mínima ingresa a las arcas con el concepto de servicios o
ingresos generales.
Este tema como el de la obra pública asignada de manera discrecional por parte de Carlos
Morales y aprobada por las focas que fungen como regidores, han sido duros golpes a los
tuxtlecos que poco a poco ven destruida una ciudad que prometía ser un gran oasis en un
país cubierto de sangre por un mal Gobierno.
Los recursos que se supone debieron emplearse para obras públicas fueron desviados
para campañas políticas apoyadas desde el ayuntamiento, tales como la de Zoé Robledo,
la del propio alcalde Carlos Morales, o el apoyo descarado e inútil a Aquiles Espinosa
García.
El ambulantaje es solo la punta del iceberg que amenaza con hundir el morenismo
decandente que existe en la capital, el cual poco a poco se ha ido apagando, la euforia de
un cambio dio al traste luego de tener seis años a un alcalde que le tembló la mano para
aplicar como en su tiempo lo hicieron Vicky Rincón, el doctor Marzo (Paco Rojas) y el
llantero Enoc Araujo la ley y meter en cintura a quienes hoy se sienten dueños de las
calles.
La realidad es que estos hombres y mujeres que tienen todo el derecho de trabajar, se
han apoderado de las calles del centro de Tuxtla, auspiciados por un alcalde que en lugar
de buscar acuerdos armoniosos los amenaza constantemente con sacarlos si no pagan la
cuota, como dijimos y se repite es el cobro de piso oficial, la mafia de Carlos Morales en su
esplendor socavando la pobre economía de quienes dicen defender, los más pobres.
Por eso el dicho de que este Gobierno, federal y municipal han visto por los más pobres de
Chiapas y de Tuxtla es el engaño más completo de una historia que de no hacer conciencia
se repetirá por tres años más con quien siga o pretenda continuar con la destrucción del
Tuxtla heroico que aún no sucumbe en su dignidad ante el embate del poderoso finquero
coiteco que manda y desgobierna desde el Palacio Municipal.
Y prueba de ello fue lo que aconteció el pasado 9 de abril en donde periodistas
documentaron cómo los trabajares cansados de la represión, acoso laboral y abuso de
poder orquestado por Carlos Morales Vázquez, exigieron el cese al hostigamiento y
fabricación de delitos para destituir a todos aquellos que no apoyaron el proyecto de
Aquiles Espinosa García, a quien Morales Vázquez pretendía imponer como su sucesor.
Las denuncias en contra del coiteco alcalde de Tuxtla son frecuentes, desafortunadamente
desde que arrancó la presente administración en 2018 empezaron a despojar a los
ciudadanos de derechos humanos, derecho a estacionarse en la vía pública, derecho a la
salud, derecho a la seguridad pública, derecho al comercio ambulante, entre otros.
La persecución fiscal, política y judicial van a continuar porque no tienen llenadera y la
mayoría de recursos públicos por concepto de multas las utilizan para el clientelismo
político y para hacer negocios familiares.
Carlos Morales Vázquez ha convertido en jugoso negocio el cobro de multas por
estacionarse en la vía pública que van desde los $800 hasta los $1200 pesos por pasarse
dos o tres minutos en la zona de parquímetros, y con esta nueva invasión de parquímetros
virtuales los ciudadanos que viven en la zona centro hasta el segundo cuadro de la capital
se han visto sorprendidos porque ya no se pueden estacionar frente a sus casas sin pagar,
y la mayoría por desgracia no tienen estacionamiento privado.
Los ya famosos parquímetros virtuales son al parecer una gran estafa, un robo en
despoblado para que los ciudadanos sigan engordando el caldo del ayuntamiento y
enriqueciendo a los funcionarios que ahí participan, como es Gorrosino, Alexis Zuart, y la
bola de regidores que se llevan sus 10 mil pesitos al mes por concepto de “apoyo general”.
Es decir, la suciedad de este ayuntamiento está comenzando a brotar, conforme se
acerque su extinción y la llegada de un nuevo alcalde se aproxime, las cochinadas y
negocios turbios serán ventilados no se asombre mi querido lector, en Tuxtla, esto, esto se
comienza a normalizar.