La invasión de zonas protegidas ponen en peligro el equilibrio hídrico y climático en San Cristóbal
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
Los humedales de montaña María Eugenia, una de las principales fuentes de agua para el consumo humano en San Cristóbal de Las Casas, están siendo amenazados. Hace poco, más de cinco camiones fueron vistos rellenando una zona clave de este ecosistema protegido, lo que ha desatado la indignación de organizaciones ambientalistas. La falta de respuesta contundente de las autoridades, tanto locales como federales, ante esta invasión ha generado una creciente preocupación.
El área, que fue declarada como Área Natural Protegida(ANP) por Gobierno federal, sigue siendo vulnerable ante los intereses que la explotan sin consecuencias. A pesar de los esfuerzos de las organizaciones que abogan por su conservación, las acciones ilegales continúan, poniendo en riesgo la integridad de un ecosistema vital para el bienestar de la comunidad y el equilibrio ambiental de la región.
El Consejo General de la Zona Sur y otras agrupaciones ambientalistas han señalado que el deterioro de estos humedales tendrá consecuencias devastadoras para el clima local y el abastecimiento de agua. La destrucción de estos ecosistemas podría intensificar la escasez de agua, que afectaría no solo a las generaciones presentes, sino también a las futuras. El papel de los humedales en la regulación hídrica y climática es indispensable para mitigar los efectos del cambio climático en la región.
A pesar de las amenazas, la respuesta gubernamental ha sido insuficiente. Las autoridades municipales, estatales y federales no han logrado frenar la invasión y el relleno de estas zonas protegidas. Las organizaciones exigieron a la Dirección de Ecología, la Comisión de Medio Ambiente y las instancias legales como la Procuraduría y Fiscalía Ambiental que tomen medidas inmediatas y eficaces para evitar mayores daños.
La comunidad y las organizaciones ambientales han emitido un llamado urgente para salvaguardar los humedales de montaña María Eugenia y La Kisst, cuya preservación es esencial para el equilibrio ecológico y la sostenibilidad de la región.