FPÖ podría liderar por primera vez el Gobierno, tras haber participado como socio minoritario en 2000 y 2017
PORTAVOZ/AGENCIAS
Austria podría tener por primera vez desde 1945 un jefe de Gobierno de extrema derecha, una posibilidad que se ha vuelto más concreta este fin de semana tras fracasar los intentos de formar un Gobierno que excluyera al partido ultraderechista FPÖ de Herbert Kickl, vencedor en las elecciones de septiembre.
Los acontecimientos se han precipitado desde el viernes pasado, cuando el pequeño partido Neos (neoliberal) anunció que abandonaba las negociaciones en curso con conservadores y socialdemócratas sobre una coalición tripartita.
El presidente del país, el progresista Alexander Van der Bellen, quien siempre ha manifestado sus reservas sobre Kickl como canciller federal, anunció este domingo (05.01.2025) que recibirá al líder ultraderechista mañana lunes.
“Se han debilitado las voces en el seno del (partido conservador) ÖVP que descartaban una cooperación con Kickl” tras la retirada de Karl Nehammer –canciller federal en funciones– como presidente de la formación, dijo el jefe del Estado en una breve comparecencia televisada desde el Palacio Hofburg, sede de la Presidencia.
EL BLOQUEO POLÍTICO AGITA AL PANORAMA
El país alpino, miembro de la Unión Europea, se sumió en la incertidumbre política el sábado después de que el primer ministro conservador Karl Nehammer pusiera fin a las negociaciones para formar un Gobierno centrista sin la extrema derecha, que ganó las elecciones legislativas de finales de septiembre.
Nehammer anunció que dimitiría “en los próximos días” como canciller y presidente del Partido Popular austriaco (ÖVP), cargos que ocupaba desde finales de 2021, prometiendo “una transición ordenada”.
Los dos partidos tradicionales reconocieron, entre mutuas acusaciones, que no pudieron salvar sus diferencias programáticas, especialmente sobre las fórmulas para reducir el excesivo déficit presupuestario.
Durante una reunión de los líderes de su formación el domingo, el secretario general del movimiento, Christian Stocker, fue designado jefe del partido en funciones.
Stocker declaró que su partido le había autorizado a iniciar negociaciones de coalición con la extrema derecha.
“Este país necesita un Gobierno estable hoy, y no podemos seguir perdiendo un tiempo que no tenemos en campañas electorales o en elecciones”, añadió.
DEL RECHAZO AL DIÁLOGO INSTITUCIONAL
Stocker celebró la decisión del presidente de dialogar con el líder de extrema derecha, cuyo partido logró casi el 29 por ciento de los votos en las legislativas del 29 de septiembre, pero que hasta ahora no había encontrado socios para formar Gobierno.
Por el momento no está claro si Van der Bellen pedirá al partido de extrema derecha –al que los últimos sondeos dan una estimación de voto del 35 por ciento – que intente formar un Gobierno.
El ÖVP quedó segundo en las elecciones legislativas, con el 26 por ciento de los votos, seguido de los socialdemócratas (21 por ciento).
La formación conservadora participó en distintos gobiernos del país de nueve millones de habitantes desde 1987 y gobernó dos veces con el FPÖ, su socio minoritario, en 2000 y 2017.