El mantenimiento es escaso y de mala calidad. Los usuarios piden que las autoridades actúen con urgencia
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La carretera Palenque-Catazajá, una de las rutas más cruciales para la conectividad en la región, enfrenta una creciente preocupación debido a los hundimientos que afectan varios tramos. En particular, la zona cercana a la colonia Pakal Ná ha registrado daños considerables, lo que representa un riesgo tanto para conductores como para transeúntes. A pesar de los esfuerzos de rehabilitación, el problema persiste, lo que ha generado incomodidad y peligro para quienes utilizan esta vía a diario.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comenzó los trabajos de reparación hace algunos meses, pero las obras no han tenido los avances esperados. La ruptura total de algunos tramos ha ocasionado caos vial, lo que ha molestado a los habitantes y usuarios que exigen soluciones inmediatas. A pesar de los anuncios oficiales, la calidad de los trabajos realizados es cuestionada por muchos, quienes señalaron que las reparaciones no cumplen con los estándares mínimos de calidad.
Además, la falta de transparencia sobre los costos y plazos de la obra ha generado aún más desconfianza entre los ciudadanos. Aunque la rehabilitación de la carretera implica una inversión millonaria, no se ha brindado información sobre el monto proyectado ni las fechas estimadas para la culminación de los trabajos. Esta omisión ha alimentado las críticas hacia las autoridades responsables de la obra.
Los habitantes de la zona también resaltaron que los daños iniciales eran mucho menores, por lo que temen que la mala ejecución de la rehabilitación termine convirtiendo una situación manejable en un problema mayor. La preocupación es palpable: los hundimientos no solo afectan la circulación, sino que también representan un riesgo significativo para la seguridad de quienes transitan por la zona.
Ante esta situación, los ciudadanos demandan una intervención urgente de los tres órdenes de Gobierno. Exigen una supervisión más estricta de los trabajos y garantías de que las reparaciones sean efectivas y duraderas. La confianza de la población está en juego, y la expectativa es que las autoridades actúen con rapidez y responsabilidad para evitar que esta obra termine siendo un despilfarro de recursos públicos.