Mientras el Gobierno mantiene operativos, la confianza crece y la movilidad en zonas afectadas se restablece
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Las intervenciones gubernamentales en Chiapas comienzan a reflejar cambios en la percepción de seguridad. Mientras sectores turísticos reportan una recuperación en la afluencia de visitantes, comunidades afectadas por la violencia empiezan a ver el retorno de familias que habían abandonado sus hogares. Estas acciones, aunque aún insuficientes para erradicar el problema de fondo, han generado confianza en distintos sectores.
En puntos clave como Chiapa de Corzo, prestadores de servicios destacaron una mayor presencia de turistas en los últimos meses. Aseguraron que la sensación de tranquilidad ha incentivado la llegada de visitantes, lo que podría traducirse en una mejor temporada para la Semana Santa. Para los trabajadores del turismo, la seguridad es determinante: sin garantías, el flujo de viajeros se detiene y con ello, la economía local se ve afectada.
En paralelo, la situación en municipios como Motozintla, Chicomuselo y Amatenango de la Frontera ha empezado a cambiar. Familias que huyeron por la violencia han comenzado a regresar, aunque no todos están dispuestos a hacerlo. Muchos de los desplazados se instalaron en otras ciudades del estado o incluso migraron a Estados Unidos. Sin embargo, el restablecimiento parcial del orden ha permitido que algunas viviendas sean rehabilitadas para recibir una vez más a sus habitantes.
El Gobierno estatal ha intensificado operativos de seguridad en la Sierra Madre y la zona fronteriza, dos regiones que durante años estuvieron dominadas por la violencia. Si bien las autoridades reconocen que la crisis no se resolverá de inmediato, destacaron la detención de presuntos delincuentes y la recuperación de propiedades que habían sido abandonadas. La clave, aseguran, está en la continuidad de estos esfuerzos.
Aunque el camino aún es largo, los primeros indicios de estabilidad generan expectativas en la población. La seguridad sigue siendo un reto, pero el retorno de familias y el resurgimiento del turismo son señales de que la estrategia implementada ha comenzado a dar frutos. La incógnita es si estos avances serán sostenibles en el tiempo.