La Canaco-ServyTur trabaja con negocios afiliados para evitar que menores sean empleados de manera informal
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El trabajo infantil sigue siendo una realidad en las calles de Tuxtla Gutiérrez, pero los esfuerzos por erradicarlo han cobrado más fuerza. Ahora, empresarios afiliados a laCámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo(Canaco-ServyTur) han decidido sumarse a las acciones del DIF para reducir la presencia de menores en actividades laborales. Su participación busca no solo sensibilizar a la sociedad, sino también asegurar que las empresas formales establezcan mecanismos para evitar la explotación infantil.
El presidente de la Canaco-ServyTur, Miguel Ángel Blass Gutiérrez, reconoció que, aunque la presencia de niños trabajadores ha disminuido en los cruceros principales, el problema persiste. Sin embargo, destacó que dentro del sector empresarial afiliado se han tomado medidas para impedir que menores sean empleados en los negocios formales.
Más allá de la regulación empresarial, la iniciativa también busca transformar la percepción del trabajo infantil en la sociedad. La colaboración con el DIF tiene como objetivo principal concientizar a los padres de familia, quienes, por necesidad o falta de información, recurren a sus hijos como apoyo económico. Para ello, se han implementado campañas de sensibilización y se han promovido alternativas para mejorar la situación económica de las familias sin comprometer el desarrollo de los niños.
El problema es multifactorial y su solución no depende de una sola estrategia. Por ello, tanto el sector empresarial como las autoridades han puesto en marcha acciones que van desde la fiscalización hasta la creación de programas de apoyo social. La idea es cerrar los espacios donde el trabajo infantil siga vigente, al tiempo que se generan condiciones para que los menores tengan acceso a la educación y a oportunidades de crecimiento dignas.
El trabajo conjunto entre el sector privado y el Gobierno no solo es un paso necesario, sino una señal de que la erradicación del trabajo infantil es posible. La suma de esfuerzos demuestra que combatir esta problemática requiere más que prohibiciones: es un proceso de transformación social que exige el compromiso de todos.