Autoridades analizan revisar expedientes para reducir la sobrepoblación convicta en la entidad
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El sistema penitenciario de Chiapas enfrenta una crisis de sobrepoblación que ha puesto en alerta a las autoridades estatales. Con los penales en operación al límite de su capacidad, el fiscal general, Jorge Luis Llaven Abarca, reconoció la urgencia de implementar medidas que garanticen tanto la seguridad como la funcionalidad de estos centros. La saturación no solo compromete la vigilancia, sino que también obstaculiza la reinserción efectiva de los internos.
Ante este panorama, una de las alternativas planteadas es la revisión de expedientes para identificar a quienes podrían acceder a procedimientos abreviados o medidas cautelares distintas a la prisión preventiva. Según el fiscal, existen casos donde la privación de la libertad podría reconsiderarse, lo que aliviaría la presión sobre el sistema penitenciario sin comprometer la seguridad pública.
El hacinamiento carcelario no es un problema nuevo, pero su agravamiento evidencia la necesidad de estrategias integrales. Además de agilizar procesos judiciales, se requiere una mejora en la infraestructura de los penales y una redistribución de los recursos. La falta de personal y condiciones dignas dentro de las cárceles generan un ambiente propicio para conflictos internos y vulnerabilidades en la seguridad.
Más allá de la capacidad física de los penales, la sobrepoblación refleja fallas en el sistema judicial. Los procesos prolongados y la prisión preventiva como medida recurrente han contribuido al colapso penitenciario. Sin reformas que permitan una justicia más eficaz y un sistema de reinserción efectivo, cualquier solución será temporal y paliativa.
La crisis carcelaria en Chiapas no solo afecta a los internos, sino también a los custodios y a la sociedad en general. La reestructuración del sistema penitenciario no puede postergarse más. Si el problema no se atiende de manera inmediata, el colapso de las cárceles estatales dejará de ser una advertencia para convertirse en una realidad insostenible.