Con el Estándar Ecogan, Chiapas busca transformar la ganadería en una práctica ambiental responsable
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Chiapas, reconocido por su biodiversidad, enfrenta una crisis ambiental creciente, siendo el segundo estado con más deforestación en México. The Nature Conservancy México (TNC) apuntó a la ganadería extensiva como la principal culpable. Esta actividad promovió la expansión de terrenos para potreros, lo que, sumado a la quema de pasturas, ha incrementado la pérdida de bosques y selvas, esenciales para la conservación del ecosistema chiapaneco.
Más de la mitad del territorio chiapaneco está destinado a la agropecuaria, una actividad de bajo rendimiento y alto impacto ambiental. La destrucción de áreas forestales limita las posibilidades de los pequeños productores para acceder a mercados más sostenibles y rentables. Esta tendencia no solo deteriora el medio ambiente, sino que también frena el desarrollo económico y social de las comunidades rurales.
El cambio climático ha intensificado las sequías en la región, lo que afecta la productividad ganadera. La escasez de agua, resultado del calentamiento global, ha reducido las condiciones para la ganadería, lo que impacta tanto la economía local como la seguridad alimentaria. Este contexto de crisis ecológica afecta a las familias que dependen de la actividad ganadera para sobrevivir.
En respuesta a este problema, surge el Estándar de Certificación Ecogan-Chiapas, un proyecto que busca incorporar prácticas ganaderas más sostenibles. Esta certificación se centra en mejorar los estándares productivos, sanitarios y ambientales, promoviendo la ganadería regenerativa. A través de esta iniciativa, se pretende restaurar los ecosistemas afectados y reducir la deforestación, ofreciendo un modelo de producción compatible con la conservación.
El Estándar Ecogan-Chiapas representa una apuesta por el cambio, lo que demuestra que es posible combinar el desarrollo económico con la protección ambiental. Este esfuerzo busca no solo restaurar la biodiversidad, sino también ofrecer a los pequeños productores una alternativa viable que les permita acceder a mercados más rentables y menos destructivos. Con estos avances, Chiapas podría encontrar una vía hacia un futuro más equilibrado y sustentable.