El cambio marcó el inicio de una visión renovada para fortalecer el impacto cultural y económico del evento anual
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
La Feria Chiapas inicia un nuevo capítulo con la llegada de Gerardo Toledo Coutiño como presidente del Patronato. Su nombramiento no solo representa un cambio de liderazgo, sino también la oportunidad de consolidar el evento como un referente cultural y económico en el estado. Con el respaldo del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, la gestión de Toledo Coutiño apunta a fortalecer la identidad de la feria y proyectarla hacia el futuro.
Este relevo en la dirigencia se dio tras la renuncia de Manuel Pariente Gavito, quien asumió la Secretaría de Finanzas del estado. En su despedida, Pariente Gavito reconoció los retos que implicó la organización de un evento de tal magnitud y confió en que su sucesor continuará con el crecimiento de la feria. Subrayó, además, que el Gobierno estatal brindará todo el apoyo necesario para garantizar su éxito.
Para Toledo Coutiño, esta designación es un compromiso con la tradición y la innovación. Su visión para la Feria Chiapas 2025 se enfoca en una evolución hacia lo que él mismo ha llamado “una nueva era para Chiapas”, con una propuesta que mantenga el arraigo cultural, pero también integre elementos frescos que la hagan más atractiva para las nuevas generaciones. Más allá de un evento anual, busca posicionarla como un símbolo del dinamismo y la identidad chiapaneca.
El respaldo institucional a esta transición resaltó la importancia de la feria en la economía local. Durante cada edición, el evento genera empleos temporales, impulsa el turismo y fortalece sectores como la gastronomía. La expectativa es que esta gestión no solo mantenga esos beneficios, sino que los amplíe, con la intención de aprovechar el potencial de la feria para atraer mayor inversión y participación de expositores.
Con este cambio de liderazgo, la Feria Chiapas se enfrenta a un nuevo ciclo en el que tradición e innovación deben convivir para garantizar su vigencia. La responsabilidad ahora recae en Gerardo Toledo, quien asume el reto de consolidar un evento que, más allá de la diversión, es parte del tejido social y cultural de Chiapas. Su éxito dependerá de su capacidad para equilibrar la esencia del pasado con la visión del futuro, al lograr que la feria siga siendo un espacio de encuentro, identidad y crecimiento para el estado.