Padres, alumnos y docentes luchan por un espacio digno para estudiar, mientras las condiciones de los salones empeoran
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En Chiapas, el rezago en la infraestructura educativa sigue siendo una de las principales preocupaciones. La Escuela Secundaria Técnica 158, ubicada en el municipio de Berriozábal, es solo un reflejo de la situación que enfrentan muchas instituciones en el estado. Desde su creación en 2015, ha intentado mejorar sus condiciones, pero los esfuerzos han sido insuficientes. Tres aulas fueron construidas gracias a un apoyo federal, pero el presupuesto no alcanzó para terminarlas, esto dejó los salones a medio construir.
Los padres de familia y docentes de la secundaria han denunciado las pésimas condiciones en las que se imparten las clases. Aulas improvisadas con cartón, madera y láminas se han convertido en la única alternativa para que los jóvenes continúen sus estudios. Según la madre de familia, Darbelia Gómez López, las solicitudes de apoyo han sido constantes, pero las respuestas han sido mínimas y se quedan en trámites interminables.
El Instituto de la Infraestructura Física Educativa en Chiapas (INIFECH) ha señalado que un 13.81 por ciento de las escuelas en el estado presentan rezagos significativos. Este porcentaje se traduce en más de dos mil planteles en condiciones precarias. Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada no es solo una cuestión de comodidad, sino que también afecta el desarrollo académico de los estudiantes, que deben soportar condiciones extremas como clases en pisos de tierra.
A pesar de la magnitud del problema, las autoridades estatales reconocen que la situación es grave y requieren atención urgente. El director del INIFECH, Carlos Jiménez Trujillo, afirmó que, en muchas zonas rurales del estado, los alumnos deben recibir clases sentados en tabiques o sobre superficies duras. Con la nueva administración estatal, se promete una atención más rápida, pero los recursos aún parecen insuficientes para una solución efectiva y a largo plazo.
En la Secundaria Técnica 158, la esperanza de que las condiciones mejoren sigue viva, aunque el tiempo apremia. Padres y maestros temen que, con la llegada de la temporada de lluvias y calor, las condiciones empeoren aún más. La comunidad educativa sigue en espera, que las autoridades logren cumplir las promesas y les ofrezcan aulas dignas para sus hijos.