La salida repentina generó malestar entre habitantes, quienes denuncian que la seguridad fue solo un acto mediático
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La promesa de seguridad en Mazatán fue efímera. Luego de 18 años sin presencia castrense, el Ejército regresó con una bienvenida oficial el pasado 3 de marzo. Pero apenas un mes después, los soldados desaparecieron sin aviso alguno, lo que dejó al municipio a merced de la violencia. Lo que se presentó como un avance histórico se diluyó entre excusas y justificaciones institucionales.
Vecinos reportaron con sorpresa que la mañana del domingo las instalaciones del destacamento amanecieron vacías. Horas antes, se habían escuchado detonaciones de arma de fuego en la cabecera municipal, lo que aumentó la sensación de desprotección. La percepción entre los habitantes es clara: los militares llegaron con ruido político y se fueron en silencio, sin luchar contra la inseguridad de la región.
Aunque Gobierno municipal argumentó que el personal fue requerido en otros puntos del Soconusco y que el edificio destinado al destacamento se encuentra en rehabilitación, la población no quedó satisfecha. Para muchos, el regreso del Ejército fue una estrategia de imagen que no respondió a las necesidades reales de la comunidad. El retiro espontáneosolo confirmó la falta de compromiso sostenido con la seguridad local.
La situación se agravó porque, según los testimonios ciudadanos, los delitos comunes se han vuelto parte del paisaje diario. Robos, asaltos y amenazas se repiten con una frecuencia alarmante. Frente a esto, la policía municipal ha mostrado incapacidad para contener la violencia, mientras la alcaldesa Sarita Barrera es señalada por falta de liderazgo y resultados tangibles en la materia.
El caso de Mazatán refleja una crisis más profunda: el uso político de la seguridad sin una estrategia de fondo. La militarización itinerante no resuelve la descomposición que viven muchos municipios en Chiapas. Sin coordinación entre los órdenes de Gobierno ni voluntad real de proteger a la población, el abandono sigue siendo la constante.