La constante actividad telúrica en Chiapas exige reforzar acciones preventivas en comunidades vulnerables
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El constante movimiento del suelo chiapaneco volvió a colocar al estado entre los más sísmicos del país. Con 896 eventos registrados en lo que va del 2025, Chiapas se ubicó en el tercer lugar nacional, una posición que ha sostenido durante años y que sigue encendiendo alertas sobre la necesidad de fortalecer la cultura de la prevención.
Aunque los sismos de mayor magnitud suelen captar la atención, las autoridades han advertido que incluso los movimientos menores pueden ser indicadores de una actividad sísmica persistente que no debe subestimarse. El más reciente, de magnitud 4.6, se registró frente a las costas de Huixtla, recordando que los epicentros suelen localizarse en zonas vulnerables del estado.
Frente a esta realidad geológica, la Secretaría de Protección Civil ha insistido en que no basta con saber que se vive en una zona sísmica: es crucial que las familias construyan y mantengan un plan de acción concreto, puesto que los segundos de reacción pueden marcar la diferencia entre la seguridad y el desastre. La prevención comienza en casa, y cada hogar debería estar preparado para actuar con rapidez.
La sismicidad de Chiapas representa el 9.48 por ciento del total nacional, solo superada por Guerrero y Oaxaca, estados con realidades similares y una exposición constante a este tipo de fenómenos. A nivel nacional, ya suman más de nueve mil 400 sismos en lo que va del año, una cifra que exige atención estructural más allá de las estadísticas. El monitoreo diario no debe sustituir la acción institucional que minimice riesgos.
En un contexto donde los recursos públicos muchas veces se destinan a la reacción y no a la prevención, los datos revelaron una oportunidad para replantear las prioridades. La experiencia acumulada del estado debería reflejarse en comunidades más informadas y sistemas de alerta más eficaces.