La sociedad vive en incertidumbre ante riesgos de ser víctimas de un percance
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
En las últimas semanas, las autoridades de tránsito han reportado un promedio alarmante de cinco accidentes vehiculares por semana, donde el transporte público, especialmente los colectivos, se ve involucrado. La creciente preocupación por la seguridad de los pasajeros ha llevado a un análisis profundo de esta problemática, que afecta a miles de usuarios diariamente.
La experiencia de los pasajeros refleja un sentimiento general de desconfianza. Lourdes, una usuaria frecuente, expresó su inquietud sobre la conducción de algunos colectiveros: “La verdad, seguridad no tenemos con los colectiveros. Van echando carreritas sin precaución hacia sus pasajeros”. Este tipo de comportamiento imprudente pone en riesgo no solo a los pasajeros, sino también a otros conductores y peatones. La percepción de que los colectiveros priorizan la rapidez por encima de la seguridad es un tema recurrente entre los usuarios.
Héctor Manuel, otro pasajero, compartió su preocupación, especialmente por la seguridad de las personas mayores: “Algunos vienen corriendo bastante rápido, lo cual puede ser un riesgo”. A pesar de estos comentarios negativos, también reconoció que existen conductores responsables que cumplen con las normas de tránsito, lo que sugiere que la situación no es uniforme y que hay margen para mejorar.
Por su parte, Gladys relató una experiencia personal que resalta un problema adicional: “Una vez en la 128 tuve un percance. Me caí del asiento porque no traía un tubito que viene de la parte derecha. Es peligroso y riesgoso”. Este tipo de incidentes pone de manifiesto la necesidad de revisar las condiciones de los vehículos, así como la capacitación de los conductores en el manejo seguro.
Las estadísticas de accidentes durante las vacaciones son preocupantes. Arbey Albores, coordinador general de Tránsito Municipal, indicó que, aunque el número de accidentes esta semana fue relativamente bajo, abril ha sido un mes crítico. “Este mes, no sé si es por el calor o tiene que ver con otros factores, pero hay días en los que el número de accidentes resalta, con cinco o seis incidentes en 24 horas, y otros días se disparan a 12 o 15”, explicó Albores. Este patrón sugiere que hay factores subyacentes que contribuyen a la alta incidencia de accidentes en el transporte público.
La comunidad clama por medidas efectivas que garanticen la seguridad en el transporte público. Esto podría incluir una mayor supervisión de los conductores, mejoras en la infraestructura de los vehículos y campañas de concientización sobre la importancia de una conducción responsable. La seguridad de los pasajeros debe ser una prioridad, y es esencial que tanto las autoridades como los operadores de transporte tomen acciones concretas para reducir la cantidad de accidentes y asegurar un viaje seguro para todos.
La situación actual no solo afecta la confianza de los usuarios en el transporte público, sino que también puede tener repercusiones en la movilidad urbana y la calidad de vida de quienes dependen de estos servicios. La responsabilidad recae en todos, conductores, pasajeros y autoridades, para crear un entorno más seguro en las rutas que recorren diariamente.