Automovilistas denunciaron que cualquier percance es pretexto para imponer pagos arbitrarios en la zona
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El tramo carretero que conecta con Oxchuc volvió a ser escenario de una práctica cada vez más común: el cobro forzado por accidentes viales. Esta vez, nueve turistas fueron retenidos en El Corralito tras un choque menor, lo que dejó en evidencia cómo algunos comuneros han convertido los percances en una fuente de ingreso a costa de la vulnerabilidad de los viajeros.
Aunque el choque solo involucró daños materiales entre un Tsuru y una camioneta, los habitantes exigieron 50 mil pesos para liberar tanto a las personas como al vehículo. Este tipo de episodios, lejos de ser casos aislados, exhibieron una distorsión preocupante del sistema de usos y costumbres que ha dejado a muchos automovilistas en estado de indefensión.
Los retenes y cobros en carreteras, bajo pretexto de “reparaciones comunitarias”, se han convertido en una forma de presión ante la ausencia de intervención estatal. Las autoridades municipales y estatales parecen resignadas a que los acuerdos informales reemplacen al Estado de Derecho, el cual genera un clima de miedo e incertidumbre en las rutas turísticas.
La práctica de fijar montos arbitrarios por accidentes, sin peritajes ni procedimientos legales, ha normalizado la extorsión disfrazada de “compensación”. Para quienes transitan por esta carretera, la sensación de inseguridad ya no solo viene de los caminos peligrosos, sino también de la falta de protección institucional ante estos abusos.
Más que nunca urge un replanteamiento legal que frene este tipo de cobros sin sustento, con total apego al respeto de los derechos comunitarios sin permitir su distorsión. Lo que comenzó como acuerdos locales para la reparación de daños, ahora amenaza con convertirse en un negocio ilegal ante el vacío de autoridad. Dejar sin regulación estas prácticas solo fortalece redes de abuso que afectan a turistas y pobladores. Es momento de que las autoridades dejen de mirar hacia otro lado y actúen para restablecer el orden y la confianza en las rutas de Chiapas.