Más de 450 mil alumnos en Chiapas están sin clases por el paro magisterial que se mantiene desde el 15 de mayo
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El conflicto magisterial en Chiapas podría escalar a una nueva fase este domingo 1 de junio, puesto que el magisterio adherido a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) planea obstaculizar la jornada de la elección judicial. La advertencia, lanzada desde las protestas en la caseta de cobro Chiapa de Corzo-San Cristóbal, contempla la toma de las sedes del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC). El mensaje es claro, si no hay solución, el proceso electoral no tendrá garantías en la entidad.
En un escenario donde la tensión política y social crece a ritmo paralelo, los maestros han endurecido su postura tras el fracaso de la última mesa de diálogo con la Secretaría de Gobernación. La CNTE calificó la reunión como una simulación y denunció la falta de voluntad por parte de Gobierno federal. La amenaza de boicot no es una medida improvisada, forma parte de una estrategia de presión construida tras semanas de paro nacional y múltiples movilizaciones.
El impacto de esta protesta se extiende más allá de las calles y los organismos electorales. Según datos del Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED), Chiapas cuenta con más de 1.8 millones de estudiantes en educación básica. La suspensión de clases en al menos tres mil planteles afecta a unos 450 mil alumnos. Esta interrupción prolongada compromete no solo el calendario escolar, sino el derecho a la educación de miles de niños y jóvenes en el estado más rezagado del país.
Además del boicot electoral y la pérdida educativa, hay otro riesgo latente, obstaculizar la labor del INE y del IEPC podría derivar en una crisis de legitimidad de los procesos democráticos en la entidad. La toma de instalaciones, el cierre de casillas o la intimidación a funcionarios electorales podrían acarrear consecuencias legales, impugnaciones, y,sobre todo, el debilitamiento de las instituciones en un estado marcado por la conflictividad política y la desconfianza ciudadana.
Desde la CNTE, la instrucción es intensificar la presencia en la Ciudad de México y redoblar esfuerzos en las 24 regiones sindicales del estado. En un contexto donde Gobierno federal parece calcular los costos políticos de ceder o no, el magisterio se prepara para golpear en el punto más sensible del calendario, una elección que, sin condiciones de normalidad, podría enfrentar no solo bloqueos físicos, sino también una erosión profunda en su legitimidad.