Manuel Velázquez
¿Hay alguien ahí fuera? / ¿Habrá alguien que escuche?
Desearía poder llorar / sobre sus cuerpos,
desearía poder correr / a cada campo de refugiados
y sostener a cada niño, / taparles los oídos para que no / tengan que escuchar
el sonido de las bombas / por el resto de sus vidas, / como yo hago.
Rafeef Ziadah- Palestina
Poema: Nosotros enseñamos vida, señor.
¿Por qué no hacemos nada? La historia recordará a nuestra generación por su pasividad ante la masacre y la crisis humanitaria en Gaza. Miles de vidas se pierden, familias son destrozadas y comunidades enteras son desplazadas mientras el mundo observa. La indiferencia y la inacción prevalecen, dejando una marca imborrable en nuestra conciencia colectiva. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué no nos movilizamos? ¿Por qué no alzamos nuestras voces? La complejidad del mundo globalizado puede ser una razón, donde la información abruma y la empatía se diluye. Es crucial reflexionar sobre nuestra responsabilidad como testigos de la historia. Aunque no podemos cambiar el pasado, podemos aprender de él y trabajar hacia un futuro donde la compasión y la justicia prevalezcan. ¿Qué podemos hacer para cambiar esta historia?
Nuestra generación será recordada como la “Generación que guardó silencio” debido a su pasividad ante la matanza en Gaza. Es crucial cuestionar las narrativas hegemónicas y la indiferencia que permiten “el borramiento” de Gaza. ¿Cómo nombraremos este capítulo de la historia? ¿Qué legado dejaremos para las futuras generaciones? La forma en que respondamos a estas preguntas definirá nuestra responsabilidad ante la historia.
¿Por qué no detenemos lo que está pasando en Gaza? La paradoja entre la indignación y la inacción ante la tragedia en Gaza nos hace reflexionar sobre las palabras de Umberto Eco. Para él, un intelectual no es solo alguien que escribe o habla, sino una conciencia crítica que debe alzar su voz cuando algo está mal, incluso si eso conlleva problemas. ¿Dónde están esas voces críticas hoy en día? ¿Por qué callamos ante la injusticia? La reflexión de Eco nos invita a cuestionar nuestra propia responsabilidad y a preguntarnos qué podemos hacer para cambiar esta historia.
En medio del conflicto en Gaza, la reflexión de Umberto Eco sobre el papel del intelectual resuena con especial fuerza. Un intelectual comprometido no se define por títulos o voces poderosas, sino por su capacidad para observar, pensar y actuar con responsabilidad y conciencia crítica. En tiempos de guerra, donde la verdad y la justicia son distorsionadas, es crucial que la voz del intelectual se alce para cuestionar lo injusto y proponer soluciones. Esto implica no seguir ciegamente al poder y señalar lo que no funciona, incluso a costa personal. ¿Estamos cumpliendo ese papel hoy? ¿Dónde están las voces que denuncian la injusticia y buscan la paz? El legado de Eco nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como testigos y actores en este mundo complejo, y a preguntarnos qué podemos hacer para ser parte de la solución.
Resulta válido condenar las atrocidades cometidas por Hamás contra civiles inocentes el 7 de octubre de 2023, también es congruente reprobar el ataque contra el pueblo de Gaza, hacia el que las Fuerzas de Defensa Israelíes cometen a diario crímenes de guerra y contra la humanidad, bajo las órdenes del Gobierno del Estado de Israel.