Con más del 65 por ciento del suelo urbanizado, la localidad vive un peligro ante lluvias cada vez más extremas
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
San Cristóbal de Las Casas enfrenta una amenaza hidráulica cada vez más visible, el túnel subterráneo que atraviesa una montaña al sur de la ciudad ha sido rebasado por el crecimiento urbano, el aumento de lluvias extremas y la pérdida de su entorno natural. Lo que alguna vez fue una solución para el desagüe de una ciudad de 30 mil personas hoy es una infraestructura obsoleta ante una población que supera los 220 mil habitantes.
Los datos respaldaron la urgencia, el 65 por ciento del suelo urbano se encuentra cubierto por concreto o pavimento, lo que ha incrementado el escurrimiento superficial en un 40por ciento durante lluvias intensas, según la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Además, la ciudad ha registrado lluvias de hasta 95 milímetros en una sola hora, una cifra que rebasa con facilidad la capacidad máxima del túnel, calculada en 68 metros cúbicos por segundo.
La situación es aún más crítica si se considera la pérdida acelerada de humedales. Más del 60 por ciento de estas zonas naturales han desaparecido por expansión urbana y relleno, indicó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Estos espacios, que funcionaban como esponjas naturales, han sido sustituidos por concreto y basura, lo que ocasión el colapso de los sumideros y deja a la ciudad sin mecanismos naturales de drenaje.
El túnel, construido en 1970, se ha transformado en un embudo invertido. En lugar de liberar el agua, ahora provoca un remanso hidráulico que devuelve los escurrimientos a las calles y avenidas, esto culmina en viviendas y comerciosinundados. La estructura, con forma de herradura, atraviesa cuatro kilómetros del cerro y ya no puede adaptarse a la realidad de una ciudad que creció sin control ni planeación.
Expertos advirtieron que es urgente evaluar alternativas técnicas para ampliar el túnel o construir uno nuevo. Pero la solución no se reduce al concreto, se requiere frenar la deforestación, recuperar zonas de humedal, rediseñar el sistema pluvial y asumir que, sin intervención inmediata, San Cristóbal se enfrentará cada año a lluvias más intensas y desbordamientos más destructivos.