El proyecto sanitario nació como respuesta a años de exclusión en salud
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En la Selva Lacandona, donde el acceso a servicios de salud es una deuda histórica, comunidades indígenas han decidido no esperar más. Con palos, maderas y organización, comenzaron la construcción de un quirófano comunitario, un espacio autónomo que busca atender partos, urgencias básicas y afecciones que, en muchos casos, terminan en tragedia por falta de atención oportuna. El proyecto, impulsado de manera colectiva, no se financió con recursos de Gobierno, sino con trabajo comunal y solidaridad.
La decisión de levantar este quirófano es una respuesta concreta al abandono. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 2022, más del 40 por ciento de la población indígena en Chiapas no tiene acceso a servicios de salud. En la región Selva, donde se ubican los pueblos tseltales que impulsan esta obra, apenas existen cuatro clínicas rurales por cada 100 mil habitantes, según el Catálogo Nacional de Unidades Médicas. El sistema de salud ha estado tan ausente, que las decisiones de vida o muerte suelen tomarse en caminos de terracería.
El quirófano del común no solo busca salvar vidas, sino también dignificar la autonomía. En Chiapas, más del 67 por ciento de las localidades indígenas carecen de una unidad médica fija, reveló el Censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2020. Esa ausencia ha obligado a las comunidades a pensar en alternativas, en la salud no como un servicio otorgado, sino como una forma de resistencia colectiva.
Esta obra tampoco es un hecho aislado. El Informe 2023 del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI)documentó que al menos el 38 por ciento de los proyectos de infraestructura en comunidades indígenas del país se construyen bajo sistemas de colaboración comunal. El quirófano en la selva se inscribe en esa lógica, no hay constructoras, ni licitaciones, ni promesas rotas. Solo hay manos, acuerdos y un objetivo común, que nadie más muera por no tener a dónde acudir.
Mientras el Estado mira de lejos, las comunidades construyen desde abajo. El quirófano del común es más que un edificio, es una respuesta política ante el olvido. Es una obra que nace de la necesidad, pero también de la convicción de que vivir de manera digna no puede ser una excepción, ni una espera.