La comarca produce el 97 por ciento del total nacional, pero enfrenta competencia sin control sanitario ni regulación fiscal
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El contrabando de fruta ha dejado de ser un problema aislado para convertirse en una amenaza directa al campo chiapaneco. En la región del Soconusco, el ingreso ilegal de rambután desde Guatemala ha desplomado los precios más de un 20 por ciento, lo que deja más de tres mil productores en una situación crítica. El kilo que debería cotizarse entre 50 y 60 pesos se vende hoy en 45, presionado por una competencia desleal que no paga impuestos, no cumple regulaciones sanitarias, sin embargo, inunda el mercado.
Cada semana, alrededor de 50 toneladas de rambután cruzande manera ilegal el río Suchiate, según estimaciones de productores locales. La fruta entra sin control y es vendida a bajo costo en otros estados, lo que debilita la economía regional. El problema se agrava por una cosecha local retrasada, la producción en el estado inició más tarde que en años anteriores, lo que dejó el campo abierto para el producto guatemalteco. Esta combinación de factores ha provocado una tormenta perfecta para los agricultores del Soconusco.
El problema del contrabando de productos agrícolas no es nuevo. Según el Servicio de Administración Tributaria (SAT), en 2023 se reportaron más de 800 millones de pesos en pérdidas para productores nacionales por ingreso ilegal de frutas y verduras. En el caso del rambután, la afectación es directa, puesto que la entidad concentra el 97 por ciento de la producción nacional, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y el Soconusco es la zona con mayor superficie cultivada del país, con más de do mil hectáreas destinadas a este fruto.
Más allá de las pérdidas económicas, el contrabando representa un riesgo para la sanidad vegetal. El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) ha alertado que el ingreso de fruta sin control fitosanitario puede facilitar la entrada de plagas o enfermedades que afecten a cultivos enteros.
Los rambutaneros del Soconusco llaman a la unidad y a medidas urgentes. Una solución posible sería establecer un precio consensuado entre productores, compradores y autoridades, además de reforzar la vigilancia en las fronteras. Si la fruta que da sustento a miles de familias en Chiapas sigue siendo aplastada por la ilegalidad y la omisión oficial, el problema dejará de ser económico para volverse estructural.