La Secretaría de Protección Civil Estatal es requerida para intervenir tras la mala actuación de personal local
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La falta de preparación en cuerpos de emergencia puede ser tan peligrosa como la amenaza que pretenden atender. En el fraccionamiento Buenos Aires de Tapachula, un enjambre de abejas africanizadas fue eliminado con fuego directo por elementos de Protección Civil Municipal, sin seguir los protocolos establecidos para este tipo de contingencias. El uso de un cilindro de gas y un mechero no solo dejó perplejos a los vecinos, también encendió alarmas sobre la capacitación real de las autoridades locales.
En lugar de recurrir al manejo técnico recomendado para el control de colmenas agresivas, los brigadistas improvisaron una solución que pudo haber provocado un incendio mayor. La quema del enjambre frente a viviendas no solo exterminó a las abejas, sino que expuso a los habitantes a riesgos innecesarios. En Chiapas, según datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), el 17 por ciento de los incidentes con fauna peligrosa involucra errores humanos en el protocolo de atención.
Lo sucedido en Tapachula reflejó una contradicción, en un estado con alta biodiversidad, persiste una respuesta rudimentaria ante la presencia de especies como la abeja africanizada. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), Chiapas reportó un promedio anual de mil 200 alertas relacionadas con enjambres, la mayoría en zonas urbanas. Sin embargo, las instancias municipales carecen de personal entrenado en apicultura o manejo de especies agresivas.
Vecinos del fraccionamiento han solicitado que la Secretaría de Protección Civil Estatal intervenga, al considerar que el actuar del personal local podría derivar en tragedias mayores. En una ciudad con más de 50 reportes por enjambres en lo que va del año, improvisar con fuego no puede ser la respuesta. Urge la implementación de brigadas especializadas y protocolos actualizados que prioricen la seguridad humana y la protección ambiental.
Este caso abrió un debate sobre cómo se enfrenta la emergencia en lo cotidiano. Si bien se aplaude la voluntad de respuesta, la falta de métodos técnicos evidenció un problema estructural. El combate a las abejas no puede depender del instinto; debe sostenerse en capacitación, ciencia y responsabilidad.