Con audios y videos en tseltal, chol, tsotsil y zoque, el colectivo busca romper barreras del idioma en la localización de personas
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La búsqueda de personas desaparecidas en Chiapas ha encontrado una nueva forma de resistir al olvido, el idioma. El colectivo Madres en Resistencia impulsó la creación y difusión de fichas de búsqueda traducidas al tseltal, chol, tsotsil y zoque, con el objetivo de que estas piezas lleguen a comunidades que, hasta ahora, han permanecido fuera del alcance de las estrategias oficiales. La iniciativa surge no solo de la urgencia por encontrar a los suyos, sino de la necesidad de ser comprendidas.
En la entidad, el 27.8 por ciento de la población habla alguna lengua indígena, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2020). Sin embargo, las búsquedas institucionales rara vez contemplan ese contexto lingüístico y cultural. El vacío no es solo jurídico o forense, es también comunicativo. Por eso, la vocera del colectivo, Adriana Gómez, y su equipo han decidido llevar sus mensajes a las radios comunitarias y redes sociales, no solo para informar, sino para tocar a quienes saben, pero aún no han hablado.
Las primeras traducciones comenzaron en lengua chol, hablada por más de 220 mil personas en el estado, según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). La producción se hace con recursos propios y el respaldo de docentes y familiares indígenas, lo cual garantiza que las palabras no solo se pronuncien de manera correcta, sino que respeten el sentido cultural del mensaje. La búsqueda, también es una pedagogía, no se trata solo de encontrar cuerpos, sino de recuperar vínculos.
La falta de empatía institucional ha sido constante. La región concentra más de mil 200 personas desaparecidas en los últimos años, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas. La Fiscalía General del Estado (FGE), sin embargo, ha sido señalada por obstaculizar procesos de investigación y certidumbre. En el caso de Jonathan Estrada, por ejemplo, la Fiscalía se negó incluso a emitir un acta de defunción clara, lo que obligó a la familia a renunciar a una causa penal, con tal de cerrar un duelo.
Mientras tanto, las fichas traducidas siguen en circulación, y con ellas, nuevas personas se han acercado al colectivo. Y esa comprensión ha traído cinco nuevos casos. Cada palabra, cada audio, cada imagen con subtítulos en lengua originaria, construye otra forma de memoria. Frente al Estado que ignora, estas madres nombran a los suyos en las lenguas del territorio, haciendo de la traducción una forma radical de búsqueda y justicia.