Políticas públicas deben enfocarse en reducir brechas educativas y sociales
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
Chiapas se posiciona como la entidad con la población más joven de México, un fenómeno demográfico que plantea tanto oportunidades como desafíos para el desarrollo social y económico del estado. Con una edad promedio de 24 años, la juventud representa una fuerza vital que puede impulsar la innovación, pero también una responsabilidad para el diseño de políticas públicas que respondan a sus necesidades específicas.
El crecimiento demográfico joven en la comarca contrasta con una tasa nacional de fecundidad de 2.1 hijos por mujer, mientras que en la entidad esta cifra asciende a 2.7, esto evidencia un dinamismo poblacional superior. Esta tendencia demanda una mayor inversión en infraestructura educativa y servicios de salud reproductiva, que garanticen calidad de vida y desarrollo integral para este grupo etario.
No obstante, el panorama laboral de los jóvenes chiapanecos es preocupante, el 63.5 por ciento de ellos trabaja en empleos informales, cifra que supera el 57 por cientopromedio nacional reportado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Esta precariedad laboral limita sus posibilidades de acceso a seguridad social y beneficios que contribuyen a la estabilidad familiar y social.
En términos educativos, apenas el 18 por ciento de los jóvenes en la comarca concluye estudios superiores, cifra por debajo del 25 por ciento que se observa a nivel nacional, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Esta brecha educativa puede traducirse en menores oportunidades de empleo formal y mayores índices de vulnerabilidad social.
Por último, la Encuesta Nacional de Salud y Juventud indicó que solo el 42 por ciento de los jóvenes chiapanecos participa en actividades culturales o deportivas con regularidad, un indicador que refleja limitaciones en acceso a espacios de recreación y desarrollo personal. Fomentar la inclusión y el acceso a estos servicios es clave para canalizar la energía de la población joven hacia proyectos constructivos y de largo plazo.