Tiene como objetivo garantizar la salud y protección de niñas en situación de maternidad temprana
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En Chiapas, el número de embarazos en adolescentes ha aumentado, lo que preocupa a las autoridades de salud y especialistas en la región. El pediatra neonatólogo Roberto Eleazar Camacho Ruiz, destacó que en los últimos meses se ha visto un incremento en los casos, con adolescentes de apenas 12 y 13 años que esperan un bebé, lo que eleva los riesgos tanto para ellas como para los recién nacidos.
Los embarazos en menores de edad no solo traen consigo consecuencias emocionales y sociales, sino también graves complicaciones médicas. El especialista explicó que las adolescentes enfrentan problemas como la desnutrición y un alto riesgo de parto prematuro, lo que pone en peligro tanto su vida como la del bebé. Además, los partos en condiciones no óptimas representan un desafío para los profesionales de salud, quienes deben atender situaciones complejas.
En respuesta a esta situación, las autoridades de salud han propuesto implementar la Ruta NAME (Niña, Adolescente, Madre o Mujer Embarazada), una estrategia enfocada en prevenir y dar seguimiento a los embarazos en menores de 15 años. Esta iniciativa busca integrar a varios sectores, como el educativo, el judicial y el de salud, para ofrecer un acompañamiento adecuado a las adolescentes embarazadas y garantizar sus derechos, así como los del bebé.
El papel de las instituciones en este tema es crucial. La denuncia y detección temprana por parte de escuelas, médicos y autoridades locales se ha convertido en una herramienta importante para brindar la atención necesaria a las menores. Esta ruta interinstitucional permitirá que los embarazos adolescentes no solo sean atendidos de forma oportuna, sino también que se puedan tomar acciones preventivas para evitar futuras complicaciones.
Es fundamental que todos los sectores de la sociedad se unan para enfrentar este problema. La implementación de programas preventivos y la atención especializada son pasos importantes para reducir el riesgo de embarazos no deseados en adolescentes y mejorar la calidad de vida tanto de las jóvenes como de los niños nacidos en estas circunstancias.