José Luis Castillejos
La trata de niños y niñas con fines de explotación laboral, criminal y sexual continúa en aumento en un marco de pobreza, conflictos y cambio climático, que incrementan la vulnerabilidad de las poblaciones.
Un reporte Mundial sobre Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) revela un alza del 25 por ciento en las víctimas detectadas en 2022, comparado con cifras previas a la pandemia de 2019.
Entre 2019 y 2022, las víctimas de trata con fines de trabajo forzoso aumentaron un 47 por ciento. Este tipo de explotación se ha diversificado con métodos como estafas cibernéticas y actividades ilícitas. El número de víctimas infantiles creció un 31 por ciento en 2022 respecto a 2019, con un 38 por ciento más de niñas afectadas. Este fenómeno predomina en zonas donde menores no acompañados o separados de sus familias se convierten en presas de redes criminales.
La directora ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, destacó que “los grupos delictivos recurren cada vez más a la trata para someter a las personas a trabajos forzados y actividades ilegales en línea, mientras que mujeres y niñas enfrentan un alto riesgo de explotación sexual y violencia de género”. Recalcó la urgencia de reforzar la cooperación internacional y garantizar la atención integral a las víctimas.
Las mujeres y niñas representan el 61 por ciento de las víctimas detectadas, y seis de cada 10 niñas son explotadas sexualmente. Por su parte, el 45 por ciento de los niños son obligados a realizar trabajos forzosos, mientras que el 47 por ciento es utilizado para mendicidad y criminalidad forzada. La trata relacionada con delitos cibernéticos pasó de representar el uno por ciento de los casos en 2016 al ocho por ciento en 2022.
En México, entre 2015 y 2024 se registraron dos mil 770 víctimas de trata menores de edad, de las cuales el 74.6 por ciento eran niñas, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El Estado de México, Quintana Roo y Ciudad de México concentran la mayor incidencia. Pese a los esfuerzos legales, el país ocupa el lugar 20 de 167 en el índice global de esclavitud moderna, con mujeres y niñas como las principales víctimas.
El informe dedica un capítulo especial a África, donde la recopilación de datos se fortaleció con la colaboración de organismos internacionales. El 31 por ciento de los casos de trata transfronteriza involucra a víctimas africanas, en su mayoría explotadas dentro del propio continente. La región subsahariana enfrenta un incremento en la trata de menores, quienes son explotados para trabajo forzoso, prostitución o mendicidad debido a los desplazamientos forzados y la inseguridad.
El reporte que abarca 156 países, la mayor cobertura desde 2009, propone fortalecer la justicia penal y la cooperación internacional, además de mejorar los mecanismos de identificación y protección de víctimas. También enfatiza la importancia de abordar las causas estructurales, como la pobreza y la desigualdad, mediante políticas públicas que reduzcan la vulnerabilidad de las poblaciones.
Combatir la trata de personas requiere un trabajo integral que no solo desmantele las redes criminales, sino que también proteja de manera preventiva a las comunidades en situación de riesgo. A pesar de los avances normativos, las cifras reflejan la urgencia de respuestas más efectivas para erradicar esta grave violación de derechos humanos.